jueves, 24 de junio de 2010

¿Encaja Xabi Alonso?

Xabi Alonso es un jugador magnífico, nadie lo pone en duda. No sólo ordena, asiste y marca. También es un líder natural, como Xavi Hernández y Cesc Fábregas, y es además como ellos un líder tranquilo, que aporta a los equipos en los que juega mucha estabilidad. El Liverpool no es el mismo desde que se fue. No es de extrañar que Del Bosque esté enamorado de él.

Sus características, sin embargo, no hacen fácil su encaje en el equipo titular de la selección española en la mayoría de los partidos, cuando todavía hay que abrir el marcador y a un rival que se encierra.

Su extraordinario pase largo encaja mejor con un estilo de fútbol más directo, más británico, menos combinativo y en partidos de ida y vuelta, contra equipos abiertos. Luis Aragonés lo sacaba en las segundas partes cuando España ya iba por delante en el marcador, y el rival estaba cansado, para lanzar los contraataques con sus pases de 40 metros.

En cambio, cuando el rival está encerrado y no hay espacios para el pase largo, la presencia de Xabi Alonso no sólo no suma, sino que resta. Xabi es un jugador estático, no dinámico. No lo digo peyorativa, sino descriptivamente. Es un mariscal (así lo describió Segurola tras su primer partido con la Real Sociedad en el Bernabeu con mucho acierto), un geómetra que se siente cómodo próximo a la línea medular ordenando la circulación, pero le cuesta correr con el balón en los pies y también desmarcarse hacia adelante entre líneas para ofrecerse al compañero. No cubre una gran extensión de terreno. Juega más bien desde atrás. Eso no lo convierte en un centrocampista defensivo, de acuerdo, Del Bosque. Llamarlo "pivote defensivo" es una exageración, es cierto. Tiene llegada y gol, claro que sí. Pero su participación en el juego colectivo tiende a realizarla desde una posición retrasada, guardándole la espalda al equipo.

Además, Xabi Alonso juega en la posición de Xavi Hernández, así que a Xavi Hernández Del Bosque debe ponerlo más adelantado, a jugar de enganche, en una posición muy distinta a la que ocupa en el Barcelona. En esa posición, Xavi recibe el balón de espaldas a la portería y con un defensor detrás de él. Así es muy difícil que el mejor organizador del mundo pueda marcar el tempo del equipo, ordenar la circulación y dar asistencias. Primero tiene que controlar con un defensa encima de su espalda soltando coces, y luego tiene que darse la vuelta... Lo normal es que Xavi devuelva hacia atrás al primer toque, o que como mucho consiga abrir a una banda, con lo que el rival neutraliza la principal fuente de generación de juego y peligro de España.

Por otro lado, cuando se juega contra equipos que se cierran y España se vuelca al ataque, como contra Suiza, tener a dos centrocampistas atrás, en la línea del centro del campo viendo el partido desde lejos, Busquets y Alonso, es un desperdicio. El equipo gana mucho si entra en su lugar un centrocampista dinámico que se meta entre líneas y ayude a Xavi. Se gana en superioridad numérica en la línea de los dos tercios, en control del partido, en profundidad, en peligro, en gol. La cuestión no es si debe jugar Fábregas en su lugar. Podrían jugar también otros igualmente dinámicos, sobre todo Iniesta (y poner a Pedro o Mata en el lugar en el que viene jugando Iniesta) o Javi Martínez. La cuestión no es elegir entre Fábregas o Alonso. La cuestión es el dibujo.

Debo reconocer que en los dos partidos del Mundial Xabi Alonso me ha impresionado muy positivamente en algo muy importante: apenas ha dado pases largos, y lo mejor de todo, apenas los ha buscado. Me explico. Uno de sus pocos defectos resulta especialmente perjudicial para el juego combinativo de España: su tendencia a recibir, parar y levantar la cabeza para buscar el pase largo. Esos segundos que pierde en otear el horizonte los gana el rival para colocarse. Cuando Alonso no ve ningún desmarque para un pase largo, baja de nuevo la cabeza, se echa el balón a un lado y por fin la pasa en corto a un compañero. Para entonces, el rival ha aumentado la presión sobre todos los marcajes. Durante la fase de clasificación ese fue el juego de Alonso. Oteó el horizonte en busca del pase largo siempre, y lo intentó a la mínima oportunidad. España perdió mucho el balón por ese motivo. Esas pérdidas propiciaron muchos contraataques de los rivales y, sobre todo, muchos momentos para que el contrario descansase y se reordenase. Un verdadero lastre.

La tendencia de Alonso a buscar el pase largo y el juego directo alcanzó el climax en la Copa de Confederaciones, cuando España cayó derrotada contra Estados Unidos. A continuación puede verse un vídeo con un total de 12 pases malos de Alonso en ese partido. Probablemente sea injusto. No suele fallar tantos pases. La precipitación en ese partido fue general, no solo suya. No obstante, el vídeo sirve para ilustrar lo que he tratado de explicar más arriba: con el pase largo se arriesga mucho, y si el equipo basa su juego en él, se pierden más balones y se tiene menos posesión que con el tiquitaca. Quien realizó el vídeo le puso un título sarcástico: "Xabi Alonso, mejores jugadas".



Ahora, para ser justos, veamos uno de pases magníficos en un mismo partido jugado con el Liverpool en la Liga Inglesa, donde los equipos dejan muchos más espacios.



Alonso va a jugar de titular. Será muy difícil que Del Bosque transija en eso. No obstante, con grandes jugadores como Alonso siempre hay razones para la esperanza. Del mismo modo que se está aplicando en el juego en corto en lo que va de Mundial, quizá también podría dar quince o veinte pasos hacia adelante en muchas fases de los partidos, sobre todo cuando España encierre al rival. Ya que Del Bosque no le envía a esa zona un poco más avanzada, quizá debería hablarlo con Xavi, Silva e Iniesta en el hotel, para asegurarse de que se hacen mutuamente las coberturas, y tratar de sorprender al rival adelantando su posición de vez en cuando. Incluso acordar con Xavi un intercambio de posiciones podría ser muy beneficioso para el equipo. Si el entrenador no lo ve, tendrán que verlo ellos y autogestionarse.

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