miércoles, 30 de junio de 2010

Portugal 0 - España 1

Si el vértigo puede resultar engañoso, de la embriaguez de la victoria ni hablemos. España está en cuartos de final y todos estamos muy contentos. El equipo sale muy reforzado de un partido exigente y una victoria muy trabajada. El seleccionador comprueba que mientras gane todo son parabienes. Hasta Relaño, después de publicar un artículo en línea con este blog la misma mañana del partido, tuvo que ceder a la presión de sus colegas: "A mí me gusta más el otro modelo, pero mientras estemos en cuartos yo estoy contento", dijo en El Larguero entre las bromas y risas de todos. Sámano y Besa, en su línea de apoyo incondicional a Del Bosque, vieron en el partido la confirmación de la buena gestión del seleccionador. Aprovecha Besa, uno de los grandes profesionales del periodismo deportivo, para llamarnos "apóstoles del fútbol", "puristas" e incluso "talibanes", a quienes no pensamos como él, demostrando tristemente poco aprecio por la discrepancia razonada. El ambiente general es de euforia contenida.

Decía que la tensión de una eliminatoria a un sólo partido y la euforia de la victoria son engañosas. Si hubiera escrito la crónica a poco de terminar en encuentro, habría hecho hincapié en la tensión en la que vivió España hasta que marcó Villa, en lo cerca que se veía el gol de Portugal y lo lejos que parecía el gol de España hasta entonces, en el exceso de pérdidas de balón, en la inferioridad numérica en el centro del campo... De hecho, algo de eso dije en la crónica provisional que adelanté en la versión en inglés del blog. Afortunadamente, el tiempo no me llega para todo y tuve que posponer la crónica provisional en español, porque me habría equivocado en dos idiomas en vez de en uno solo.

Me habría equivocado tanto como se equivocó la prensa española e internacional. Si he tardado en publicar esta entrada ha sido sobre todo porque quería volver a ver el partido antes de sentarme a escribir. Como era de esperar, esta segunda vez, con la tranquilidad de conocer el resultado, he visto otro partido. Ni Portugal estuvo más cerca del gol que España, como presagiaban mis miedos durante el encuentro, ni el juego de España cambió sustancialmente con la salida de Llorente, como decía extasiado el locutor de Tele 5 y publicó la prensa a coro al día siguiente. De hecho, en lo que a juego respecta, no mejoró lo más mínimo. Una vez más, la falta de distancia nos nubla la vista a todos.

Vayamos por partes.

El partido lo jugó España con más intensidad que ninguno de los anteriores. (No se debe confundir la intensidad con la ansiedad ni con el vértigo.) Ha sido sin duda el partido más serio y completo de la selección española de lo que llevamos de Mundial. Tal y como señala Panda Beer en su comentario a la anterior entrada de este blog, la intensidad general con y sin balón, la concentración en los apoyos y las coberturas fue máxima. Ver a Villa esprintar casi desde el centro del campo hasta la línea de fondo española para tapar un centro del lateral portugués en el minuto 9 dejó clara la solidaridad defensiva de todo el equipo desde muy temprano.

No obstante, dos de las tres ocasiones más claras de Portugal llegaron por las dos únicas lagunas de concentración en el partido. La primera, en el minuto 38, Capdevila entrega un balón muy comprometido entre tres rivales a Xabi Alonso, que no toca de primeras, se le echan encima los tres portugueses, se la roban y arman un ataque rápido con la defensa española descolocada que termina en con Meireles poniéndosela a Hugo Almeida, que no conecta un cabezazo franco por milímetros. En el minuto 42, Xavi Hernández se queda mirando en tierra de nadie cómo sus compañeros se repliegan, y permite que Coentrao llegue por su zona sin balón libre de marca... le acaba llegando la pelota y se la pone a Tiago, que milagrosamente remata de cabeza muy desviado. Salvo esos dos momentos de falta de atención, la intensidad y solidaridad de los esfuerzos españoles sin balón fueron impecables.

Con el balón, la principal diferencia la ha señalado Tikitaka también en un comentario a la entrada anterior: Xavi estuvo mucho más participativo. De hecho, por primera vez en el Mundial llevó él el timón desde el primer minuto. Del Bosque entró en razón. Enhorabuena, Don Vicente, rectificar es de sabios. Xavi bajó a recibir e iniciar la jugada con mucha frecuencia, por fin, en vez de quedarse clavado e infrautilizado en la mediapunta. ¿Adivinan qué hizo Xabi Alonso cada vez que eso ocurría? En efecto, subir y ocupar espacio que abandonaba Xavi Hernández.

Este "talibán" "purista" "lleno de inquina" echaba de menos ese movimiento de intercambio de posiciones hace ya una semana (véase la entrada "¿Encaja Xabi Alonso?"). Pues bien, el primer movimiento de Xabi Alonso para ocupar un espacio libre en la mediapunta se produce a los 30 segundos de partido. Regresa enseguida para hacerle la cobertura a Busquets, que sube con el balón... A los 45 segundos vuelve a ocupar un espacio adelantado, con lo que ocupa también la atención del centro del campo portugués y del propio Cristiano Ronaldo, que ha bajado a ayudar, a la espalda del cual Torres tiene espacio para entrar en diagonal hacia atrás y tirar cruzado. Primer paradón de Eduardo. Si Xabi Alonso no hubera subido, habría habido un jugador más de Portugal libre para tapar la circulación hacia Torres o al propio Torres. En el minuto 4:16, encontramos a Xabi Alonso entrando desde atrás en posición de delantero centro al remate de una internada de Villa por la izquierda, etc. Los movimientos de intercambios de posiciones y coberturas fueron constantes y rápidos, sobre todo en los primeros 20 minutos de la primera parte. Sólo así, con tanto movimiento de distracción y apariciones por sorpresa, se consiguió compensar la inferioridad numérica en el centro del campo. En cuanto esos intercambios de posición y movimientos hacia arriba de Alonso comenzaron a hacerse más infrecuentes, mediada la primera parte, la circulación del balón se espesó, cesaron las ocasiones de peligro de España y Portugal dio un paso adelante.

(Me gustaría poder ilustrar todo esto con un video breve. Más adelante espero poder hacerlo. De momento, he descargado el partido en un formato mp4, no compatible con mi muy limitado Windows Movie Maker. Si alguien me pudiera sugerir una página de Internet segura para descargar el partido en otro formato, lo agradecería mucho.)

Al equipo le sigue faltando profundidad en el ataque estático. Hasta el remate en plancha de Llorente y el gol de Villa, España no consiguió rebasar la segunda línea defensiva portuguesa y entrar en el área rival, y sólo lo haría una vez más en todo el partido, en una entrada de Sergio Ramos en el minuto 69 en un cuasicontraataque. Las demás ocasiones fueron todas por tiros lejanos. La falta de profundidad contra equipos que se cierran vuelve a ser manifiesta, y ya sabemos que no podemos esperar otra cosa: todos los equipos se van a cerrar contra España. Por supuesto, el recurso del tiro lejano es muy importante para este equipo y hay que seguir utilizándolo, pero no es suficiente.

La prensa española opina unánimemente que un remedio acertado para ganar profundidad fue la salida de Llorente. Ya he dicho en este blog cuánto me gusta Llorente: muchísimo. Me parece que su juego con los pies está infravalorado y que encaja en el tiquitaca todavía mejor de lo que hemos visto hasta ahora. Creo que usarlo sólo de hombre diana es un desperdicio. De hecho, en la entrada titulada "¡Saca Llorente que los arrolle!" abogué por usarlo precisamente como jugó contra Portugal, como una pieza más del tiquitaca, y no como delantero tanque acompañando a un extremo que le cuelgue balones. No soy, por tanto, sospechoso de animadversión hacia él en absoluto. Sin embargo, he visto el partido completo dos veces, y una tercera a saltos, y no he sido capaz de ver dónde ganó España en profundidad con su entrada en el campo.

España ganó en confianza y por momentos también algunos espacios con el gol, porque Portugal adelantó sus líneas tímidamente, y las volvió a arrugar tras cada ocasión española, y las volvió a extender otro rato hasta la siguiente llegada de España, como un acordeón desafinado. Llorente jugó sobre todo de hombre diana, de espaldas a la portería, sin profundidad ninguna excepto en el remate en plancha recién ingresado, y sus compañeros no llegaron nunca al área contraria mientras él estuvo en el campo, salvo la entrada de Sergio Ramos en un cuasicontraataque en el que Llorente ni participó ni abrió el espacio por el que entró Ramos.

Llorente tiene una muy buena ocasión en el remate en plancha recién ingresado en el campo, que sube la adrenalina española y alimenta las dudas portuguesas. Portugal recula, como reculó cada vez que España tuvo una ocasión, tanto en la primera como en la segunda parte. Villa a los 30 segundos del cabezazo en plancha de Llorente tira desde lejos pegado al poste. Portugal se vuelve a encoger dolorida, y llega la jugada del gol un minuto después, en la que, por cierto, Llorente no llega a tocar el balón: Iniesta trata de filtrárselo pero el defensa se adelanta, el balón le vuelve a Iniesta, que ve a Xavi y éste a Villa... gol en fuera de juego. Por cierto, ¿quién le mete el balón a Iniesta apenas a diez metros de la frontal del área?: un adelantado Xabi Alonso que ha llegado por sorpresa acompañando la jugada.

Después del gol, el partido se pone cuesta abajo para España, igual que ocurrió contra Chile. Con una diferencia: Del Bosque contra Chile sacó a Fábregas para aumentar la posesión y defendernos con el balón, según dijo. ¡Albricias! No obstante, no pareció percibir el efecto colateral que he tratado de mostrar en el vídeo de mi anterior entrada. No pareció darse cuenta de que el efecto no buscado (a la luz de sus declaraciones) de meter a Cesc fue que España también aumentó su verticalidad y el número de ocasiones de peligro. Digo que no parece haberse dado cuenta porque cuando quiso darle la puntilla a Portugal y al partido, quitó a Villa y sacó a Pedro, que apenas participó. Le alabo la ambición de ir a por el partido, pero sin la posesión ni Pedro ni Llorente son peligrosos. En esta España, crea mucho más peligro meter un centrocampista más que meter un delantero desasistido.

Desde el gol, por tanto, España combinó momentos de posesión brillante con pérdidas de balón frecuentes y muy peligrosas. Fue un toma y daca con fases muy inquietantes, en las que un Portugal menos ansioso podría haber marcado el empate, y España podría haber conservado mucho más y mejor el balón y acaso dado la puntilla con par de cambios distintos a los que hizo Del Bosque, quizá Silva y Fábregas en vez de Pedro y Marchena...

El equipo llega a los cuartos de final fortalecido anímicamente y habiendo realizado su mejor partido y, en algunas fases, el fútbol más brillante que se han visto hasta ahora en el Mundial. Del Bosque ha corregido dos errores fundamentales: Xavi Hernández vuelve a jugar donde debe y abandonamos el juego de banda y pase a la olla y los correcalles para regresar al juego de toque, de pase intencionado y de fútbol control. El juego de la selección española empieza a parecerse a lo que fue. Todavía le falta posesión y profundidad (que en el fútbol de la selección vienen juntas), pero al menos ahora el juego empieza a ser reconocible. Con todo lo que hemos tenido que insistir los puristas estetas apóstoles del fútbol, hay que estar muy satisfechos de que Del Bosque haya escuchado una parte importante de nuestras súplicas. No hay que cejar en ellas. Nadie en España duda de que este equipo puede jugar todavía mejor, es decir, nadie duda de que puede ser todavía más dominante y peligroso. Contra rivales de mayor calado podría necesitarlo.

lunes, 28 de junio de 2010

10 minutos muy locuaces

Veamos un botón de muestra de lo que venimos diciendo en este blog. Desde que Fábregas sustituye a Torres en la segunda parte contra Chile hasta que los dos equipos deciden firmar un armisticio y deponer mutuamente las armas, transcurren 10 minutos de vendaval de juego español. Por fin, el equipo jugaba con 5 centrocampistas otra vez.

En cuanto Bielsa vio el cambio, echó atrás a su equipo. España deshacía la superioridad numérica en el centro del campo que había tenido Chile durante todo el partido. A partir de ahora habría paridad numérica y superioridad técnica. A pesar de que Chile reculó, las ocasiones de gol comenzaron a sucederse... ¡una cada minuto y medio aproximadamente! Todas culminaron en un ¡uy!, pero un ¡uy! real, salvado por la defensa chilena por muy poco, con el que España terminaba la jugada y obligaba a Chile a comenzar desde muy atrás.

Además, con más efectivos cerca de la finalización de la jugada, España añadía una pieza clave de su repertorio: presionaba en enjambre la salida de balón chilena y recuperaba la pelota muy deprisa y cogiendo a Chile a contrapié. La selección española pasó de dominada a dominadora, de agobiada a agobiadora, de viento racheado a vendaval. Los jugadores españoles, supuestamente en mal estado de forma, se esponjaron como una planta recién regada y recobraron un dinamismo y alegría casi inéditos desde la primera parte contra Suiza. Xavi Hernández sonreía por primera vez en mucho tiempo, y con él todo el equipo.

Esos 10 minutos nos dijeron muchas cosas: que a los jugadores no se les ha olvidado jugar al primer toque; que el fútbol combinativo es el antídoto adecuado contra equipos que traten de presionar a España; que 10 minutos de tiquitaca genera más peligro y más profundidad que 60 de fútbol directo; nos recordaron que la mejor defensa es un buen ataque; gritaron alto y claro que a los jugadores españoles no les pesan las piernas, sino los sistemas que no sacan provecho de sus virtudes. Esos 10 minutos nos dijeron a todos, en fin, casi tanto como el repentino entusiasmo de los comentaritas del canal español Tele 5. Nos dijeron a todos que España puede jugar así:



José Antonio Camacho, cuya voz de experto invitado se oye en ese video, es buen tipo: es honesto, directo, buen profesional, y además es amigo de Del Bosque. Con sus familias respectivas, Del Bosque y Camacho pasaron juntos el día libre del que disfrutó la selección después del partido contra Chile. Hombre fiel como pocos, en la retransmisión de un partido a Camacho nunca se le escaparía una crítica hacia su amigo Vicente. Por eso es todavía más interesante lo que dice en ese segmento del partido: Camacho lo ha entendido. Ha entendido que Xavi Hernández ha asumido la dirección y juega liberado sin la presencia de Xabi Alonso, ha entendido que el equipo así crea más ocasiones, que roba mejor y más adelante la pelota, que presiona mejor, que se gusta más y mejora su nivel de energía y su rendimiento. Todo eso lo dice en la retransmisión. Ojalá que durante aquel día libre que pasaron juntos Del Bosque y él hablasen de fútbol.

sábado, 26 de junio de 2010

El estilo es estrategia, la estrategia es el estilo

Hace ya algún tiempo recuerdo que Del Bosque, defendiéndose de la crítica de Alfredo Relaño de estar alejándose del estilo que hizo a España campeona de Europa, dijo en una tertulia en El Larguero: "Claro, como a Alfredo no le gustan los extremos..." Esa noche me costó conciliar el sueño. ¡Del Bosque no lo entendía!

Naturalmente, a Relaño, como a quien esto escribe y a quienes defendemos el fútbol combinativo para la selección actual, le gustan los extremos. Esa no es la cuestión. El debate sobre el estilo de la selección española no es sobre todo estético, sino principalmente práctico. La cuestión es encontrar el estilo que encaje mejor con los jugadores de más talento de España en estos momentos, el estilo que saque el máximo rendimiento de la plantilla actual.

Muchos pensábamos que ese estilo, para la generación de jugadores de talento que tiene España ahora mismo, se había encontrado durante la Eurocopa de 2008. Del Bosque no piensa lo mismo. Él prefiere plantear cada partido según el rival, de un modo radicalmente distinto en cada ocasión si lo considera necesario.

Hasta ahora, ha jugado tres partidos del mundial con cinco estilos distintos (corríjanme si me dejo alguno):

1) el fútbol combinativo pero poco profundo (por jugar con dos pivotes en el centro del campo en vez de uno) de la primera parte contra Suiza;
2) el fútbol de dos extremos y pases al área de la segunda media hora contra Suiza, con Navas por un lado y Pedro por otro, los dos muy abiertos;
3) el fútbol de apertura a la banda desde la defensa y centro al área o jugada de desborde y tiro, con un dibujo asimétrico de un solo extremo (Navas) y un punta abierto (Villa), del partido contra Honduras;
4) el fútbol de despeje en largo buscando la espalda de la defensa, sin elaboración en el centro del campo, de la primera parte contra Chile;
5) el fútbol combinativo con cinco centrocampistas del rato que salió Fábregas, hasta la sustitución de Xabi Alonso (luego el partido se congeló).

De todas esas posibilidades, hay unanimidad (incluido Del Bosque) en que España jugó mejor en las fases 1 y 5, es decir, cuando tuvo en el campo a cinco centrocampistas y movió el balón con agilidad. Cuando España abandonó ese estilo, sufrió.

No es casual. El fútbol combinativo saca el máximo partido de las virtudes de esta España y esconde sus defectos. Por eso cuando se aparta del tiquitaca, España sufre: sus defectos se tornan mucho más visibles, el equipo se vuelve menos peligroso en ataque y más vulnerable en defensa.

España no tiene físico para plantear partidos de mucha carrera. A los españoles les conviene que el balón corra más que ellos. Les conviene que el rival se desgaste, tanto física como anímicamente, persiguiéndolo.

Contra Honduras, Del Bosque planteó un partido a la carrera. A muchos aficionados y periodistas eso les "gustó" estéticamente. Vértigo, ¡qué divertido! Para el minuto 60 España estaba irremediablemente partida en dos: los defensas muy atrás, los delanteros muy adelante, un enorme espacio en medio que el rival no aprovechó y todos con la lengua fuera. A Del Bosque eso no le gustó. Dijo que un rival mejor habría sacado partido de tantos espacios, y aclaró su solución: "Habrá que aplicarse más para que no vuelva a ocurrir". ¡Cómo si dependiera sólo de aplicarse! Si el entrenador plantea un partido abierto con una plantilla poco dotada físicamente, no puede esperar otra cosa que el agotamiento en la segunda parte, por mucho que se apliquen sus jugadores. Algunos periodistas españoles están haciendo mucho hincapié en que el equipo no está bien físicamente. Con planteamientos estratégicos de tanto desgaste, nunca lo estará. Jugar así no le va bien. La posesión, el control del partido y de su ritmo, es la mejor herramienta para un equipo de enclenques brillantes. ¡Benditos enclenques! No se trata de una cuestión estética.

En ataque, el juego combinativo de pase rápido e intercambio de posiciones es el más difícil de defender. Para penetrar en defensas cerradas, como la de Suiza, tiene muchas más probabilidades de éxito que los balonazos a la olla. También es el mejor instrumento para superar defensas adelantadas presionantes, como la de Chile, mucho mejor que el balonazo largo y el juego directo. Mientras se intenta romper la barrera defensiva, el juego combinativo saca a los rivales muchas tarjetas y faltas peligrosas, algún penalti...

Por último, en el plano anímico, a esta España le gusta gustarse. Se diría que cuando juegan al tiquitaca mejoran físicamente. Les da un subidón de autoestima, y la autoestima obra milagros en las piernas cansadas.

viernes, 25 de junio de 2010

Chile 1 - España 2

"Usté, no es ná, no es chicha, ni limoná. Se lo pasa manoseando, caramba, samba, su dignidad. Usté, no es ná..."


Bien podría haberle cantado hoy el malogrado cantautor chileno Víctor Jara a la selección española su estribillo. Sirva su canto contra la indefinición también de homenaje a una selección de Chile que dentro de sus limitaciones sí sabe a lo que juega.

España, en cambio, no supo bien a qué jugaba, como ha venido ocurriendo hasta ahora a lo largo del campeonato. Desde el banquillo se envían señales contradictorias y los jugadores no acaban de saber cómo leerlas. Al fin y al cabo, la Lógica nos dice que de una contradicción nada se deriva, y por tanto, todo cabe.

A estas alturas de competición, quizás haya que añadir también el posible peso de los resultados adversos y de las críticas. Se dice que los grandes campeones del boxeo que pierden su primer combate nunca vuelven a ser los mismos. Cuando un gancho de izquierda los manda a la lona, al levantarse despiertan de su sueño de invulnerabilidad y, por primera vez, dudan. Dudan de si realmente eran tan buenos como pensaban. Dudan de si acaso sus mejores años no habrán pasado.

Así está España, noqueada en su última competición por eliminatorias por un rival menor, Estados Unidos, dudó y volvió a perder en el primer partido de la siguiente gran cita por eliminatorias, derrotada por Suiza exactamente con la misma estrategia, y las dos veces tras dos años sin perder. Los ganchos estadounidenses y suizos le hicieron dudar tanto que contra Honduras cambió de estilo, y volvió a dudar y a cambiarlo contra Chile, y contra diez bravos chilenos dudó tanto que decidió no atacarlos y arriesgarse a cualquier accidente que la enviase de nuevo a la lona con estrépito mundial.

España acaba de ganar mucho más que la clasificación para los octavos de final. Acaba de ganar tiempo. Tiene hasta el martes para mirar hacia adentro y reencontrarse a sí misma. Hoy se reencontró con su vieja pegada. Ahora tiene que encontrar qué quiere ser, si chicha... o limoná.

jueves, 24 de junio de 2010

¿Encaja Xabi Alonso?

Xabi Alonso es un jugador magnífico, nadie lo pone en duda. No sólo ordena, asiste y marca. También es un líder natural, como Xavi Hernández y Cesc Fábregas, y es además como ellos un líder tranquilo, que aporta a los equipos en los que juega mucha estabilidad. El Liverpool no es el mismo desde que se fue. No es de extrañar que Del Bosque esté enamorado de él.

Sus características, sin embargo, no hacen fácil su encaje en el equipo titular de la selección española en la mayoría de los partidos, cuando todavía hay que abrir el marcador y a un rival que se encierra.

Su extraordinario pase largo encaja mejor con un estilo de fútbol más directo, más británico, menos combinativo y en partidos de ida y vuelta, contra equipos abiertos. Luis Aragonés lo sacaba en las segundas partes cuando España ya iba por delante en el marcador, y el rival estaba cansado, para lanzar los contraataques con sus pases de 40 metros.

En cambio, cuando el rival está encerrado y no hay espacios para el pase largo, la presencia de Xabi Alonso no sólo no suma, sino que resta. Xabi es un jugador estático, no dinámico. No lo digo peyorativa, sino descriptivamente. Es un mariscal (así lo describió Segurola tras su primer partido con la Real Sociedad en el Bernabeu con mucho acierto), un geómetra que se siente cómodo próximo a la línea medular ordenando la circulación, pero le cuesta correr con el balón en los pies y también desmarcarse hacia adelante entre líneas para ofrecerse al compañero. No cubre una gran extensión de terreno. Juega más bien desde atrás. Eso no lo convierte en un centrocampista defensivo, de acuerdo, Del Bosque. Llamarlo "pivote defensivo" es una exageración, es cierto. Tiene llegada y gol, claro que sí. Pero su participación en el juego colectivo tiende a realizarla desde una posición retrasada, guardándole la espalda al equipo.

Además, Xabi Alonso juega en la posición de Xavi Hernández, así que a Xavi Hernández Del Bosque debe ponerlo más adelantado, a jugar de enganche, en una posición muy distinta a la que ocupa en el Barcelona. En esa posición, Xavi recibe el balón de espaldas a la portería y con un defensor detrás de él. Así es muy difícil que el mejor organizador del mundo pueda marcar el tempo del equipo, ordenar la circulación y dar asistencias. Primero tiene que controlar con un defensa encima de su espalda soltando coces, y luego tiene que darse la vuelta... Lo normal es que Xavi devuelva hacia atrás al primer toque, o que como mucho consiga abrir a una banda, con lo que el rival neutraliza la principal fuente de generación de juego y peligro de España.

Por otro lado, cuando se juega contra equipos que se cierran y España se vuelca al ataque, como contra Suiza, tener a dos centrocampistas atrás, en la línea del centro del campo viendo el partido desde lejos, Busquets y Alonso, es un desperdicio. El equipo gana mucho si entra en su lugar un centrocampista dinámico que se meta entre líneas y ayude a Xavi. Se gana en superioridad numérica en la línea de los dos tercios, en control del partido, en profundidad, en peligro, en gol. La cuestión no es si debe jugar Fábregas en su lugar. Podrían jugar también otros igualmente dinámicos, sobre todo Iniesta (y poner a Pedro o Mata en el lugar en el que viene jugando Iniesta) o Javi Martínez. La cuestión no es elegir entre Fábregas o Alonso. La cuestión es el dibujo.

Debo reconocer que en los dos partidos del Mundial Xabi Alonso me ha impresionado muy positivamente en algo muy importante: apenas ha dado pases largos, y lo mejor de todo, apenas los ha buscado. Me explico. Uno de sus pocos defectos resulta especialmente perjudicial para el juego combinativo de España: su tendencia a recibir, parar y levantar la cabeza para buscar el pase largo. Esos segundos que pierde en otear el horizonte los gana el rival para colocarse. Cuando Alonso no ve ningún desmarque para un pase largo, baja de nuevo la cabeza, se echa el balón a un lado y por fin la pasa en corto a un compañero. Para entonces, el rival ha aumentado la presión sobre todos los marcajes. Durante la fase de clasificación ese fue el juego de Alonso. Oteó el horizonte en busca del pase largo siempre, y lo intentó a la mínima oportunidad. España perdió mucho el balón por ese motivo. Esas pérdidas propiciaron muchos contraataques de los rivales y, sobre todo, muchos momentos para que el contrario descansase y se reordenase. Un verdadero lastre.

La tendencia de Alonso a buscar el pase largo y el juego directo alcanzó el climax en la Copa de Confederaciones, cuando España cayó derrotada contra Estados Unidos. A continuación puede verse un vídeo con un total de 12 pases malos de Alonso en ese partido. Probablemente sea injusto. No suele fallar tantos pases. La precipitación en ese partido fue general, no solo suya. No obstante, el vídeo sirve para ilustrar lo que he tratado de explicar más arriba: con el pase largo se arriesga mucho, y si el equipo basa su juego en él, se pierden más balones y se tiene menos posesión que con el tiquitaca. Quien realizó el vídeo le puso un título sarcástico: "Xabi Alonso, mejores jugadas".



Ahora, para ser justos, veamos uno de pases magníficos en un mismo partido jugado con el Liverpool en la Liga Inglesa, donde los equipos dejan muchos más espacios.



Alonso va a jugar de titular. Será muy difícil que Del Bosque transija en eso. No obstante, con grandes jugadores como Alonso siempre hay razones para la esperanza. Del mismo modo que se está aplicando en el juego en corto en lo que va de Mundial, quizá también podría dar quince o veinte pasos hacia adelante en muchas fases de los partidos, sobre todo cuando España encierre al rival. Ya que Del Bosque no le envía a esa zona un poco más avanzada, quizá debería hablarlo con Xavi, Silva e Iniesta en el hotel, para asegurarse de que se hacen mutuamente las coberturas, y tratar de sorprender al rival adelantando su posición de vez en cuando. Incluso acordar con Xavi un intercambio de posiciones podría ser muy beneficioso para el equipo. Si el entrenador no lo ve, tendrán que verlo ellos y autogestionarse.

miércoles, 23 de junio de 2010

Chile - España, 2ª reflexión previa

Tiene razón marineroentierra en un comentario a una entrada anterior en que el panorama de este partido ha cambiado. Ahora tenemos mucha más información que cuando escribí mi primera reflexión previa, antes de que comenzase el Mundial. Aunque mantengo lo dicho respecto del juego de Chile, quizá cabría añadir algo más sobre las posibilidades de España.

Visto lo visto, Del Bosque podría plantear el partido contra Chile de dos maneras.

Opción 1: balones largos a los puntas, juego directo

Después de salir reforzado de la victoria contra Honduras por el sector dominante del periodismo deportivo español (salvo honrosas excepciones, por ejemplo, Relaño, Lama y Michael Robinson) y todo el periodismo internacional (que ni se plantea el debate sobre si España ha cambiado el estilo), no hay que descartar que Del Bosque comience el partido contra Chile prescindiendo de los bajitos y plantée otra vez un partido de juego directo.

Ahora bien, Chile no se encierra atrás como Honduras. Chile presiona muy arriba, empezando por los centrales rivales, y tira una línea de fuera de juego muy adelantada, achicando espacios. Por detrás de esa línea de fuera de juego habrá un espacio amplio de al menos 1/3del campo hasta la línea de gol chilena, que tratará de barrer en caso de emergencia Claudio Bravo, el portero de la Real Sociedad. Xabi Alonso podría tener alguna oportunidad de marcar alguno de sus goles desde su propio campo si Bravo se descuidase un poco. De hecho, Del Bosque debería pedirle a Xabi que haga algún intento al comienzo del partido, para darle un aviso a Bravo y mantenerle más pegado a su portería, con menos opciones de barrer los pases al hueco de los españoles.

La consigna en ese caso será no arriesgarse a perder balones en el centro del campo, es decir, a no jugar en corto, nada de tiquitaca, sino con balones largos buscando a los extremos y al punta, preferiblemente por detrás de la defensa chilena, y no subir demasiados jugadores de acompañamiento, para evitar los cotraataques. (Del Bosque quedó descontento del excesivo alargamiento de España en los últimos 30 minutos contra Honduras.) Los pasadores de España volverían a ser Piqué o Alonso, que deberían tratar de lanzar a Villa, Torres o a Navas por detrás de la defensa adelantada chilena.

Naturalmente, también se trataría de robar el balón en el centro del campo y salir rápido a la contra, en cuyo caso Xavi Hernández tendría alguna oportunidad de filtrar algún pase a la espalda de los defensas chilenos. De jugada iniciada en la defensa española sería difícil que Xavi sacase un último pase peligroso. Con esta estrategia no entraría mucho en juego. Jugaría una vez más muy aislado, sin nadie con quien asociarse. Colocado donde lo pone Del Bosque, de espaldas a la portería del rival, y con un marcador encima todo el partido, Xavi sería sobre todo un apoyo para sus compañeros de la retaguardia cuando se vean presionados. Jugaría más bien pasando el balón hacia atrás, no hacia adelante, salvo para armar contraataques.

Lo malo de la estrategia de buscar el pase largo es que Chile no deja tiempo para levantar la cabeza y ver ese pase. Además, presionando Chile tan arriba, tan cerca del área española, habría que dar muchos pases de 40m y 50m y con un jugador chileno echándose encima del pasador español a toda velocidad... En otras palabras, jugar así supondría fallar muchos pases y darle la posesión a Chile muy rápidamente, con la esperanza de que algún pase saliera bueno, rompiese el fuera de juego y dejase al delantero español en ventaja... Muy difícil. Bielsa tiene la presión y la línea del fuera de juego muy trabajadas. Con esa estrategia, España crearía pocas oportunidades, Chile llegaría muy entero al final del partido, disfrutaría de muchas posesiones y la probabilidad de un empate o una derrota de España sería muy alta. Un empate podría no valerle a España.

En esta primera opción la alineación probable sería la misma que contra Honduras, pero con Arbeloa. Del Bosque teme a las contras chilenas y va a querer reforzar la defensa española con alguien más rápido y atlético que Capdevila o que guarde mejor la posición que Ramos. Veremos a cuál de los dos quita.

Opción 2: juego combinativo, tiquitaca

La otra opción sería el tiquitaca, claro: darle protagonismo a Xavi Hernández para bajar a buscar el balón acompañado de Silva, Iniesta y Busquets, y romper la presión chilena con triangulaciones que permitan atacar de frente la línea del fuera de juego y filtrar pases al hueco a la espalda de los defensas chilenos. En ese partido seguramente sería preferible jugar con Fábregas para tener superioridad numérica en el centro del campo y sólo sacar a Torres más adelante, cuando Chile esté más cansada. En ese caso, si Chile tratase de mantener la intensidad de la presión, acabaría agotada por el tiquitaca y probablemente cargada de tarjetas. Esa presión chilena, de enorme intensidad, es viable todo el partido sólo cuando consigue que el rival rife el balón con un pase largo desde la defensa en muchas jugadas, si no en la mayoría. Eso permite recuperar en seguida no sólo el balón, sino también el resuello. Si España mantiene la posesión, no es posible seguir corriendo y presionando con esa intensidad 90 minutos.

En cualquiera de las opciones Casillas va a desempeñar un papel importante: le van a llegar muchas cesiones de sus defensas. Sería un buen día para el juego de pies de Víctor Valdés.

En esta segunda opción la alineación sería muy diferente, con Silva e Iniesta acompañando a Xavi junto a Fábregas. Arbeloa aquí no debería tener sitio, pero me parece que lo tendrá de todas formas, porque incluso si jugase al tiquitaca Del Bosque querrá reforzar la defensa. Lo malo es que Arbeloa interrumpe la circulación de balón con frecuencia (sobre todo cuando juega por el lado de su pierna mala, la izquierda). Para el balón y tarda en pasarlo. Ante la presión de Chile, eso no es buena idea.

Me sigue pareciendo que la opción preferible es el tiquitaca, por todo lo dicho en esta y otras entradas anteriores y porque el partido se va a jugar otra vez en altitud, a 1600m. Hacer correr a Chile detrás del balón me parece fundamental, tanto o más importante que cuando se juega a nivel del mar. Ahora bien, contra un rival que no se va a encerrar en su área, también tendría sentido buscar los lanzamientos largos a la espalda de la defensa rival de vez en cuando. Si se buscasen constantemente, si esa fuese la principal o la única estrategia ofensiva de España, entonces su ataque se volvería predecible y perdería eficacia.

A estas horas, Del Bosque estará deshojando la margarita.

martes, 22 de junio de 2010

El vértigo es engañoso

Los números muchas veces sirven de poco. Otras veces, en cambio, aclaran y ayudan. Esta vez, una ojeada a las estadísticas de los dos partidos jugados por España apunta a una conclusión inesperada: el estilo combinativo contra una Suiza encerrada y más sólida obtuvo números ofensivos mejores que el dibujo vertical contra una Honduras más abierta y más frágil. En efecto, los goles y la velocidad a la que se desarrolló el partido contra Honduras dejaron una impresión engañosa en la retina de la mayoría de los espectadores, incluido, al parecer, el seleccionador y buena parte del periodismo deportivo.

Cualquiera habría dicho que en el vértigo del partido contra Honduras, España disparó mucho más que contra Suiza y acertó más entre los tres palos. Sin embargo, no ocurrieron ninguna de las dos cosas. España chutó sólo dos veces más que contra Suiza (25 en vez de 23 veces) en todo el partido contra Honduras, a pesar de que la defensa de Honduras jugó mucho más abierta, dejando más huecos. Además, tiró una vez menos entre los tres palos (7 contra Suiza, 6 contra Honduras). Chutó una vez contra el larguero (Xabi contra Suiza y Villa contra Honduras) y desperdició un mano a mano en cada partido (Piqué contra Suiza y Cesc contra Honduras).

Uno estaría tentado a decir que España le dio más trabajo al portero de Honduras, y sin embargo, intervino más veces el portero de Suiza. ¿Acaso no habría jurado usted que España sacó mas veces de esquina? Pues se equivoca: el número de córners a favor de España fue exactamente el mismo en los dos partidos.

El vértigo no le dio mejores resultados cuantitativos a España que la pausa. Le dio dos goles contra un rival muy flojo. Queda la duda de cuántos goles le habría dado el tiquitaca.

lunes, 21 de junio de 2010

Honduras 0 - España 2

Empieza el partido y España saca de centro: patadón que vuela treinta metros hasta el borde del área rival, para que Torres trate de prolongarla de cabeza sin éxito. Toda una declaración de intenciones. En este partido no va a haber pases cortos y juego combinativo. Olvídense del tiquitaca. Va a haber juego directo. Hoy España va a ser el Liverpool, el Celtic de Glasgow, Irlanda del Norte.

Había anunciado Del Bosque que no daría bandazos y dio el mayor bandazo desde que es seleccionador. Hasta donde yo recuerdo, España nunca había jugado así con Del Bosque, con un dibujo asimétrico con un solo extremo puro por el lado derecho (Navas) y un falso extremo con desborde y gol (Villa) por el izquierdo.

Así jugaba el Real Madrid al que entrenó Del Bosque, ¡qué casualidad! ¡con un dibujo asimétrico!, por la banda derecha Figo, un extremo puro, y por la izquierda Zidane, un falso extremo con desborde y gol. La cabra tira al monte, y en cuanto le ha entrado miedo y ha llegado la hora de la verdad, Del Bosque ha abandonado el trabajo de tres años y tres seleccionadores y ha tirado hacia un monte en el que se siente cómodo, emocionalmente seguro porque le dio en el pasado buenos resultados... con otros jugadores.

Del Bosque puso a prueba semejante experimento inédito en pleno Mundial, no en un amistoso. Bueno, no exactamente. En agosto de 2008, en su primera convocatoria, a un mes de ganada la Eurocopa, lo probó por el otro extremo, tirando de asimetría con Diego Capel por la izquierda. Pero la Eurocopa estaba más cerca, demasiado cerca, y la prensa no se lo consintió. El cambio de estilo le resultó demasiado evidente a todo el mundo, demasiado llamativo. Ante las críticas unánimes, no volvió a llamar a Capel. A dos años de la Eurocopa, ¿quién se acuerda ya de aquello? Ahora es más fácil hacerlo pasar por un pequeño detalle que no cambia nada... cuando en realidad lo cambia todo.

Sea como fuere, se acabó el tiquitaca. Juego directo y por las bandas. Bandazo va, bandazo viene. La estrategia estaba clara: Xabi Alonso o Piqué, sí, Piqué, debían cruzar balones diagonales de 30 metros a los extremos, a Villa o Navas, para que ellos rompiesen por velocidad o habilidad y sacasen un centro o un tiro. Así llegó el primer gol. Pase diagonal de Piqué al extremo en el que está Villa, que se juega un uno contra dos, desborda por habilidad y marca. ´

Navas, por su parte, ofreció otro recital de pases baldíos a la olla sin que los tocase ningún español. Esta vez fueron 12 centros inofensivos al área rival, sólo dos de ellos rasos, todos a algún rival o a nadie. ¡Uy! Gritaba el comentarista de Tele 5. ¡Magnífico partido de Navas!, añadía a cada melonazo lanzado desde el extremo. Además de 12 centros a nadie, aportó cinco intentos tapados por su marcador, de lo cuales sólo dos acabaron en saque de esquina. A esa calamidad hay que sumarle dos centros malos de Sergio Ramos. Descontadas las que acabaron en córner, se fueron 15 jugadas por el desagüe de la banda derecha. Una hemorragia.

El convidado de piedra de ese despropósito fue Xavi Hernández, más solo que la una, sin socios con los que tirar paredes o triangular, viendo volar balones a los extremos por encima de su prescindible cabeza. Hoy Xavi no organizó al equipo, no distribuyó, no marcó el ritmo del juego, no dio pases de gol. Hoy no pintaba nada, ninguneado por un dibujo que le atribuía un papel menor, secundario, al mejor centrocampista del mundo. Quizá por eso Del Bosque lo sustituyó.

Al ver aparecer a Cesc junto al cuarto árbitro confieso haberme frotado los ojos. Por un momento pensé que Del Bosque lo había entendido: Honduras dejaba muchos huecos y España incurría en demasiadas imprecisiones tratando de llegar tan deprisa. Por un momento pensé que Navas sería el sustituido, y que por fin Xavi tendría dos socios, Cesc y Mata, con los que tocar y tocar ante una Honduras agotada y desordenada, para que entre todos dejasen a Villa solo ante el portero una y otra vez. La ilusión duró lo que tardó el realizador en enfocar a un Xavi cabizbajo, que se retiraba con la tristeza de las despedidas: adiós al tiquitaca, adiós a la campeona de Europa. La España previsible y ramplona de toda la vida, la España que no sabe a qué juega, si al toque o a la garra, a la clase o a la Furia, ha vuelto. Que tenga mucha suerte. Con ese dibujo y ese estilo de juego, va a necesitarla.

jueves, 17 de junio de 2010

Suiza 1 - España 0

Enhorabuena a Suiza y los suizos. Se merecen disfrutarlo.

Ahora preguntémonos por qué ha ocurrido esto.

La reacción dominante de la prensa española y de los jugadores que atendieron a los medios ha sido preocupante. La idea general es que esto ha sido un accidente producto de muy mala suerte y un pésimo arbitraje: gol en fuera de juego y de carambola, penaltis no pitados, tarjeta roja de libro perdonada a un defensa suizo, varias ocasiones claras falladas, dominio absoluto, 24 tiros a portería contra 8 de Suiza, 73% de posesión, los jugadores dicen que no tuvieron su día en ataque, que la pelota no quiso entrar...

¿No suena conocida la musiquita? España se va del Mundial porque no le pitan penalti a favor por un codazo en la nariz a Luis Enrique; Al Ghandour echa a España del Mundial al anular dos goles válidos; gol fantasma de Míchel que no sube al marcador; España juega mejor que Brasil pero Cardeñosa falla solo ante la portería; España juega mejor que Italia, pero Salinas falla un mano a mano contra el portero; España juega mejor que Paraguay pero no pasa del empate... ¡Qué mala suerte, qué malos arbitrajes, qué lástima, con el equipazo que había otra vez, otro Mundial que se nos va!

¡Baaaaasta!¡Dejen todos de echarle la culpa al empedrado!¿Alguien podría reflexionar un poco?

Todo eso puede que sea verdad, pero no explica lo suficiente. ¿Por qué España sólo acertó 7 tiros de 23 entre los tres palos y sólo dos de ellos tuvieron verdadero peligro? ¿Por qué la selección y ejecución de los tiros fueron tan malas? ¿Por qué tuvo tan pocas ocasiones claras de marcar? ¿Por qué España no barrió del mapa a Suiza, que ni en defensa ni en ataque es precisamente el Inter de Mourinho, en vez de andar mendigando un penalti aquí o una tarjeta roja allá?

Los periodistas que entienden de fútbol en España (son pocos, pero buenos) han estado muy comedidos. Nadie quiere escribir o decir nada que suene a crítica a Del Bosque. Hemos pasado en dos años de tirar a matar al hosco seleccionador anterior a llevar entre algodones al afable seleccionador actual. La prensa, como el país, pasa de una irracionalidad a otra sin pestañear, y así nos va a todos.

Quizá lo peor sea la falta de un discurso coherente, la abundancia de pensamiento ex post facto (a toro pasado) y en zigzag: España podría haber hecho esto, pero también esto otro, y aquello también, y por qué no lo de más allá. Tomemos de ejemplo a un periodista muy influyente y muy entendido, del que casi siempre se aprende algo, Alfredo Relaño, director del Diario AS. Sobre este partido ha sostenido simultáneamente cuatro tesis incompatibles: a) que la causa principal de la derrota es el bajo estado de forma de Villa y Torres ("Un boxeador con los las manos dañadas", titula su crónica.); b) en el programa de radio El Larguero añadió que además hubo mucho de casualidad, de mala suerte; c) que el equipo debe jugar con un solo centrocampista defensivo; y d) que estuvo bien que saliera Navas pero que debería haber salido también Llorente, como proponía Rodrigálvarez desde Bilbao. Querido Don Alfredo, o fue mala suerte o hubo un problema de planteamiento; o la fórmula correcta para abrir la lata es jugar sólo con un medio centro defensivo porque eso mejora el tiquitaca, y por tanto debe ir acompañado por Xavi, Silva e Iniesta, con Fábregas y un delantero o sin Fábregas y dos delanteros; o bien jugar con extremos sin tiquitaca. Todo a la vez no puede ser.

La tesis de la mala suerte es la peor de todas. España debería imponerse a Suiza incluso con mala suerte. No puede servir de excusa. La baja forma de los delanteros tampoco sirve. Si están bajos de forma, el seleccionador debe diseñar un equipo que compense ese déficit. ¿Lo hizo? Eso es lo que un periodista debe preguntarse y preguntarle al seleccionador.

Si como creo tiene razón Alfredo Relaño, Lama y el mismísimo Luis Aragonés y el equipo debe jugar con un solo centrocampista defensivo en vez de dos porque así es más peligroso, entonces no se entiende por qué hay que sacar a Navas y darle la consigna de colgar balones a la olla. ¿De verdad creemos que el mejor modo de desatascar los partidos es jugar como lo haría Irlanda del Norte? Y todavía se entiende menos pedir que salga Llorente con funciones de delantero tanque. ¡Ni siquiera Caparrós pone a Llorente a jugar así! Los clásicos arreones finales heróicos furiosos, el sueño de cualquier defensa aseada, nos trajeron 44 años de sequía. A eso ha jugado España siempre, caballeros, y así nos ha ido. ¿De verdad no hemos aprendido nada de las lecciones magistrales de la Eurocopa de 2008?

Creo que el análisis correcto debe reelaborar esos diagnósticos, descartar los que nos devuelvan a la prehistoria futbolística de la furia, e interpretar los demás de tal modo que sean compatibles entre sí. Reordenando esas y otras ideas para darles coherencia, creo que cabe sostener que las causas de la derrota contra Suiza son las siguientes:

(1) Un error de diseño general: el diseño con dos pivotes defensivos lastra el juego de España, y contra equipos tan cerrados como Suiza o Estados Unidos, ese lastre hunde a España. Vamos a verlo en boca del tan inteligente fuera como dentro del campo Xavi Hernández, que preguntado por cómo había visto el partido hizo este análisis: "Suiza defensivamente estaba bien trabajada. Nos han analizado bien. No nos han dejado jugar ese fútbol entre líneas que es donde normalmente hacemos daño. Hemos tenido que abrir mucho a banda, y ellos se han hecho muy bien las coberturas..." Ese juego entre líneas, donde normalmente hacemos daño, se habría beneficiado enormemente de haber quitado a un pivote defensivo (Alonso o Busquets) y colocado un jugador más precisamente ahí: o bien Fábregas, o bien un segundo delantero que baje a recibir y se permute con los interiores (es lo que hace Villa cuando Torres está en el campo). El tiquitaca se basa en la superioridad numérica de jugadores que se muevan entre líneas y permuten sus posiciones. Si quitas a uno ofensivo (Fábregas) y lo cambias por otro más defensivo que sólo participa desde atrás (Alonso), el equipo tiene menos profundidad y hace menos daño, naturalmente. Lo ha dicho Luis Aragonés muy claramente, y Relaño, Lama y compañía se hicieron eco sin nombrarlo. En efecto, España debe jugar sólo con un centrocampista defensivo, o Busquets o Xabi Alonso, elija, señor Del Bosque. En la Eurocopa de 2008, en esa posición jugaba Marcos Senna (¡cómo se te echa de menos, Marcos!). Hoy España pone a dos jugadores a hacer la función que antes hacía uno solo. Eso no lo digo yo. Lo dice Relaño con enorme acierto. Lo que digo yo es esto: Del Bosque es demasiado miedoso, demasiado conservador, y ese miedo tiene una consecuencia desastrosa: perdemos un centrocampistas ofensivo que nos aporte situaciones de superioridad en ataque, pase final y gol. Creo que el adecuado sería Fábregas, pero admito que podría también ser Mata, Pedro, Javi Martínez..., o un segundo delantero. Alguien dinámico, asociativo con pase y llegada. Incluso Navas podría jugar así si se lo pidieran.

(2) Un Plan B erróneo: el Plan B de Del Bosque no le beneficia a España. Hay que confiar en el estilo de toque, habilidad, permutaciones constantes y balón al suelo hasta el final. El Plan B de Aragonés en la Eurocopa era idéntico al Plan A: ¿Ya hemos olividado que sin perder nunca el estilo y sin necesidad de arreones de furia España ganó a Suecia y a Grecia en la Eurocopa de 2008 en los últimos minutos? En cambio, la España de Del Bosque perdió el estilo y el partido contra Estados Unidos después hartarse a meter balones a la olla norteamericanca toda la segunda parte, igual que perdió el estilo y el partido ayer tras media hora de arreón final y 19 centros como 19 previsibles melones a la olla suiza. ¡19 ataques desperdiciados, 19 posesiones regaladas, 19 balones de oxígeno para el cansado equipo suizo! Afortunadamente, carezco de los números de Sergio Ramos, porque también metió unos cuantos melonazos a la olla y me deprimiría mucho sumárselos a los que metió Navas. Como ha dicho Xavi, lo que querían los suizos era precisamente obligar a España a abrir el juego a las bandas, donde en un ataque estático España es mucho más previsible y más fácil de defender. Del Bosque les dio lo que querían. Pues ya puede usted buscar en los medios de comunicación españoles, que no encontrará ni una palabra de este "pequeño" problemilla, oiga. Al contrario, ¡encontrará más de una alabanza a Navas! Con periodistas así, ¿quién necesita enemigos?

(3) Un problema de actitud: también lo han dicho Luis y Relaño: España jugó demasiado segura de la victoria. España salió demasiado relajada, casi falta de adrenalina, sedada. Le faltó algo del instinto asesino de otras veces. José Sámano en El Pais también centra su análisis en ese problema. Tiene razón. Lo sorprendente es que no mencionase ningún otro problema. Todo lo demás debió de parecerle bien.

(4) El trabajo psicológico no es el adecuado: contra Suiza Silva, Villa y Torres, e incluso Alonso en algunos momentos, demostraron estar demasiado acelerados, con unos niveles de ansiedad muy perjudiciales. Silva, Villa y Torres se precipitaron incomprensiblemente en tiros que normalmente no fallan y que mandaron muy desviados, sin colocar bien cuerpo, queriendo golpear demasiado deprisa. En Torres se comprende más, falto de ritmo de competición. En Villa no es nuevo, viene de la última fase de la liga, y creo que explica mejor que su estado físico su bajo rendimiento. En Silva resulta extraño. Ese estado de nervios no se lo había visto nunca. La preparación psicológica del grupo hay que tomársela muy en serio. Se supone que a Del Bosque se le da bien. Tiene que demostrarlo.

Luis Aragonés ha analizado el partido de un modo seguramente más explícito y directo de lo que manda la buena educación en España. Él es así. Poco pulido. Directo. Puede que además hable desde el resentimiento. Quizá. No obstante, hay que escucharlo. Después de todo, él armó el juguete y sabe cómo funciona: "Nos faltó velocidad para ocupar los espacios vacíos [se refiere a los desmarques sin balón necesarios para el juego combinativo]. Yo habría jugado con un solo mediocentro defensivo. Los halagos recibidos no han beneficiado al equipo, que no salió a dar el 110%, demasiado seguro de que iba a ganar el partido. Quizá yo habría salido con mucha intensidad en los primeros 15 minutos buscando un gol que abriese al rival."

¿Quedan razones para el optimismo? Sin duda. Incluso con un diseño subóptimo, Del Bosque y los jugadores siguen apostando por el fútbol asociativo. Esa sigue siendo la mejor noticia del Mundial, porque no estuvo claro ni en la fase de clasificación, ni en la Copa de Confederaciones. Además, España jugó una buena primera parte. Le faltó adrenalina o ambición, llámese como se quiera, pero el tiquitaca funcionó muy bien en algunas fases, sobre todo a partir del minuto 30, cuando Suiza empezaba a cansarse. Otra razón para el optimismo es lo que nos enseñó la mera presencia de Torres en el campo. Cuando salió se vió la importancia que tiene para Villa que alguien arrastre a uno o dos defensas y le abra espacios. Si no está bien Torres, habrá que darle la oportunidad a Llorente. Con más tensión competitiva y un solo medio centro defensivo, España volvería a ser la que fue. Ese es el camino.

martes, 15 de junio de 2010

¡Saca a Llorente, que los arrolle!

En la rueda de prensa posterior a la derrota de España contra Estados Unidos en la Copa de Confederaciones, Del Bosque hizo una concesión a la prensa deportiva española. El equipo se había hartado de centrar balones al área, que fueron despejados cómodamente por los enormes defensores norteamericanos, más propios de la NBA que de la MSL. "Quizá sí, tendría que haber sacado a Llorente al final", dijo cabizbajo.

La prensa deportiva española y Del Bosque se equivocaban. El problema de aquella noche nefasta no fue la falta de centímetros y músculo, ni se habría solucionado fácilmente metiendo a Llorente, que mide 1,93m, a chocar contra dos armarios. La solución debería haber abordado el problema, y el problema fue otro: en ese partido España no fue fiel a su estilo. Sin Iniesta ni Silva, el centro del campo español buscó un fútbol más directo, más clásico, abriendo a las bandas y metiendo centros al área. Un fútbol muy previsible para un equipo como el norteamericano de aquella noche, completamente replegado, muy bien organizado y muy trabajador.

Empeñada en el pase largo y el centro al área, en el partido contra los Estados Unidos el número de pérdidas de balón de España casi duplicó la media de las pérdidas durante la Eurocopa, jugada apenas unos meses antes. El rival, por lo tanto, tuvo el doble de oportunidades de tomar oxígeno que los rivales de España en la Eurocopa. Eso explica que los norteamericanos llegasen mucho más enteros al final del partido que los rivales anteriores de España.

Da la impresión de que el Plan B que ha diseñado Del Bosque en este Mundial para desatascar situaciones de desventaja en el marcador, un rival encerrado atrás y pocos minutos para el final del partido, va a ser precisamente el de usar a dos extremos, Mata y Navas, que cuelguen balones aéreos a Llorente.

Lo hemos visto muchas veces. En España a eso se le llama "el arreón final", apela a la garra y pundonor del equipo y cuenta con el referente histórico de la frase que Belauste, mediocentro de la selección, pronunció en el partido contra Suecia durante los Juegos Olímpicos de 1920, "A mí Sabino, que los arrollo", para que su compañero del Athletic de Bilbao, Sabino Bilbao, le diese el pase al área que acabó rematando a gol llevándose por delante a tres defensas suecos y al portero. Había nacido el mito de la Furia española.

Ahora bien, durante 44 largos años de arreones finales inanes y derroches de Furia inocua, España no sólo no ganó ningún campeonato, sino que apenas si se acercó alguna vez. Algunos ingenuos pensábamos que la Eurocopa del 2008 nos había enseñado algo. Pensábamos que había quedado claro, de una vez por todas, que a España le conviene otro juego, el juego que prefiere la sorpresa a la previsibilidad, la inteligencia al músculo, la habilidad a los centrímetros, la maña a la fuerza.

Quizás haya algo mejor que el plan B de Del Bosque. Quizá sea mejor mantener la fidelidad al estilo de juego combinativo, agotar al rival tanto como sea posible desde el primer minuto y sacar hombres de refresco a partir del minuto 15 de la segunda parte.

El antídoto contra defensas muy altas y fuertes es jugar por abajo, raseando el balón. El antídoto contra denfensas muy cerradas es el juego combinativo rápido y el regate que busca el desborde cerca del área, donde las faltas duelen más al que las comete y afloran las tarjetas. El antídoto contra equipos muy atléticos es moverlos constantemente, para que el agotamiento y la tensión del final del partido les lleven a cometer errores.

España puede hacer mucho daño por los extremos, pero con jugadores que partan desde posiciones interiores de la segunda línea y delanteros que se dejen caer a las bandas o permuten sus posiciones con los interiores, más la ayuda de los laterales. No cabe ninguna duda de que Navas, Mata y Llorente también podrían jugar a eso... sin necesidad de arrollar a nadie.

jueves, 10 de junio de 2010

Segundas partes siempre fueron buenas

Final de la Eurocopa 2008. Tunel de vestuarios. Los jugadores se animan entre sí mientras esperan que el delegado de la UEFA les permita saltar al campo junto a Alemania, que aguarda con ellos en el mismo pasillo. Luis Aragonés no los anima. Les grita una consigna: "¡A mover el balón con velocidad, a hacerles correr detrás del balón!" ´

El equipo que más se cansa en un partido de fútbol es el que no tiene el balón. No hay nada más agotador que correr detrás de la pelota sin llegar a tocarla nunca. Cada carrera inútil, cada esfuerzo malgastado, añade un gramo de impotencia al peso las botas. Cuando llega la segunda parte, el equipo perseguidor está sin aliento y desalentado, triste porque no le dejan jugar, roto porque no ha parado de intentarlo.

Las primeras partes de la España del tiquitaca han solido ser tensas, trabadas, poco vistosas, con pocas ocasiones de gol, hasta que el rival se va cansando y relaja la presión, da un paso atrás, deja un hueco, duda. Cuando el contrario empieza a boquear, España le niega el aire, le hace correr a tapar los huecos que va abriendo en busca de oxígeno.

Para que el efecto demoledor de las segundas partes sea posible, el balón debe correr más que los jugadores españoles: hay que tocar y tocar en corto desde el primer minuto con velocidad. La pelota debe avanzar poco a poco obligando a su paso a esfuerzos cortos a cada defensor, carreritas explosivas en las que trata de robar la pelota... pero no llega, y otro rival que lo intenta... casi, y otra vez más, ahora hacia la derecha, ahora hacia atrás, ahora hacia la izquierda, ahora un pase en profundidad, por aquí no hay hueco, balón atrás y vuelta a empezar. Con paciencia, inteligencia, control y velocidad.

De Luis Aragonés aprendimos que hacer correr al rival detrás del balón sirve para derrotar a equipos físicamente mucho más fuertes, como Alemania. Aprendimos que un par de cambios de refresco en las segundas partes, para ser más exactos, a los quince minutos de empezadas, también ayudan.

Aprendimos mucho de Aragonés. ¿Lo aprendió Del Bosque? Al terminar el partido amistoso contra Corea del Sur hace unos días, dio por primera vez señales de iluminado. Dijo que España había sabido madurar bien el partido y al rival, que había salido muy fogoso y se fue apagando a medida que el cansancio le hizo mella. Hay que saber madurar los partidos, insistió. La canción, por fin, sonaba conocida. ¿Será que lo ha entendido?

En Sudáfrica, muchos partidos se van a jugar en altitud, a más de 1700m. Más aún que en la Eurocopa, el cansancio va a ser un factor determinante. Si España juega a lo que sabe, las segundas partes deberían ser suyas.

Algunos agradecimientos

España no jugaría el fútbol combinativo de estos últimos años si el Barcelona no lo hubiese jugado con gran éxito con Johan Cruyff de entrenador, pero sobre todo desde la temporada 2004-2005 (la segunda temporada de Rijkaard) hasta hoy con el gran Guardiola...



... y el Barlcelona no lo jugaría si Johan Cruyff no hubiese decidido imitar el modelo de escuela de fútbol del Ajax y uniformizar todas las categorías del club, desde alevines hasta profesionales, con un mismo estilo de juego. Cruyff, a su vez, probablemente le deba mucho a su antiguo entrenador de la selección holandesa del Mundial de Alemania de 1974, Rinus Mitchel, el creador del fútbol total de la Naranja Mecánica:



Los dos últimos años de Guardiola también han sido fundamentales para que hoy España juegue como lo hace. A un reticente Del Bosque, poco convencido de la eficacia de un estilo que cuando asumió el cargo de seleccionador le parecía demasiado parsimonioso y poco profundo, según dijo públicamente, los 6 títulos del Barcelona en un sólo año debieron convencerlo, siquiera parcialmente, de que jugando así no sólo se ganan tantos o más títulos que jugando con un estilo más clásico, sino que además el equipo se gana una admiración y un aprecio por el juego desplegado que muchos campeones que juegan con estilos más clásicos nunca reciben.

España también debe un reconocimiento genérico al fútbol de Lationamérica, en especial al fútbol brasileño. Desde México a la Patagonia, en Latinoamérica se habla un mismo lenguaje futbolístico: el de un fútbol técnico y asociativo que valora mucho la parte estética del juego. Miles de jugadores y decenas de entrenadores latinoamericanos (César Luis Menotti merece aquí una mención especial) han pasado por la liga española a lo largo de los años, se han sentido en su casa, y los aficionados españoles los han querido como propios. España se siente muy vinculada emocional y culturalmente a Latinoamérica por razones obvias. El gusto futbolístico español siempre se ha visto influido por esa conexión.

España sólo comenzó a jugar al tiquitaca, con ese estilo combinativo actual, hace muy poco, bajo la dirección de Luis Aragonés en la Eurocopa de 2008. En la historia de los entrenadores españoles, probablemente Luis Aragonés sea uno de los más pragmáticos y menos interesados en la estética (no debemos olvidar a Javier Clemente, el rey indiscutible en ese apartado). A lo largo de su carrera, Aragonés nunca ocultó sus preferencias por el juego defensivo y al contraataque. Fino en el análisis conceptual de categorías binarias, siempre distinguió entre "jugar bonito" y "jugar bien". A sus jugadores les pedía que jugasen bien, no bonito, naturalmente. ¡Quién iba a decir que sería precisamente él quien llevaría a España a jugar el fútbol más bonito que jamás se ha visto en ese equipo!



No obstante, eso no ocurrió de la noche a la mañana. Primero tuvieron que pasar dos años sin éxitos y algunos fracasos sonoros. Poco a poco, Aragonés fue madurando la nueva idea. "España no puede competir físicamente contra otras selecciones", comenzó a decir con el tono reflexivo de quien trata de convencerse a sí mismo. "Falta condición física de base", insistía. "El país produce algunos jugadores muy musculados, pero no son suficientes en número ni lo suficientemente fuertes para competir de igual a igual contra el músculo de Brasil, Alemania, Italia, Inglaterra o Nigeria", explicaba medio enfurruñado, con su peculiar estilo de ogro malencarado y entrañable, de sagaz anciano cascarrabias. Tenía razón. Lo que España produce en abundancia es otra cosa: jugadores livianos, habilidosos, asociativos, creativos y con gol. Casualmente, muchos coinciden en otra característica: son centrocampistas.

Reconocer y hacer propia la abundancia de ese tipo de jugador no fue fácil. Los seleccionadores anteriores, Aragonés entre ellos, habían coincidido en un mismo temor: si España juega con todo su talento de bajitos simultáneamente, le van a pasar por encima como una apisonadora los demás equipos con más músculo. Durante décadas, los demás entrenadores decidieron dejar en el banquillo a algunos de los jugadores más brillantes y meter en el campo algunos más fuertes para "equilibrar" el equipo. Eso llevó a décadas, o mejor dicho, a todo un siglo de un estilo confuso, mitad físico y pasional (la Furia española) mitad técnico, sin ser ninguna de las dos cosas completamente. La selección española jugó siempre con la personalidad dividida: quería jugar bien pero nunca puso a todos sus mejores jugadores en el campo al mismo tiempo, el país producía talento y la selección lo adulteraba mezclándolo con testosterona.

Además del miedo a ser aplastado por el músculo de los rivales, había una segunda gran duda flotando en el ambiente: con tanto centrocampista, jugando sin extremos, y contra defensas grandes como montañas ¿quién va a meter los goles? ¿Quizás algún lateral?



¿Tal vez algún defensa central?



Hoy sonreímos antes esos miedos. Ya sabemos que la respuesta correcta a las dos grandes dudas era la misma: más vale maña que fuerza. Luis lo supo ver. Por primera vez en la historia de la selección española, con la hostilidad manifiesta de los medios de comunicación y una gran parte de la afición, Aragonés se atrevió a alinear juntos a todos los bajitos y los puso a jugar el estilo que mejor les encajaba, un estilo que ningún equipo de Luis había utilizado jamás en su larga y laureada carrera de entrenador: "fútbol hipnosis" lo llamó Alfredo Relaño, "tiquitaca" lo llamó Andrés Montes. ¡Nos habían dejado sin palabras y hubo que crear otras nuevas! Y por fin España ganó su primer título internacional desde hacía 44 años.




Gracias Luis, por tu inteligencia y por atreverte a confiar en ella contra viento y marea. Viejo gruñón orgulloso, deberías estar tú dirigiendo este equipo en Sudáfrica. Gracias Johan, Pep y F.C. Barcelona, por ser pioneros. Gracias Rinus, por enseñarnos el camino.

miércoles, 9 de junio de 2010

Suiza - España, reflexiones previas

Lo más importante que hay que saber de Suiza es que la entrena Ottmar Hitzfeld, un entrenador excepcional. Tiene el orgullo de ser uno de los tres entrenadores, junto a Ernst Happoel y Jose Mourinho, que ha ganado dos Copas de Europa con dos equipos distintos: el Borusia Dortmund en 1997 y el Bayern de Munich en 2001.

Será interesante ver qué estrategia plantea contra España. Previsiblemente, una defensa cerrada y presionante y un jugador arriba. Su goleador, Frei, parece que no va a poder jugar por una lesión en un entrenamiento. Si esa baja se confirmase, su potencial en ataque disminuiría muy notablemente.

Una pregunta interesante será dónde decida trazar la línea de la defensa Heizfeld. No tiene defensas muy rápidos, sino más bien grandotes y pesados, así que muy probablemente no arriesgará con una línea de fuera de juego muy adelantada ni buscará a España más allá del centro del campo.

Cabe esperar, por tanto, un partido con Suiza encerrada bastante atrás, cada vez más atrás a medida que pasen los minutos. España se va a encontrar esa estrategia enfrente una y otra vez en este mundial. La versión suiza del catenaccio sin duda aportará un nivel de organización y de despliegue físico muy notables. A buen seguro que Hitzfeld se daría por satisfecho con un empate, aunque no renunciará a sus opciones en los contraataques, las jugadas a balón parado, que buscarán sobre todo la cabeza de Philippe Senderos, y los tiros lejanos. Hace unos días Inler marcó un buen gol de tiro lejano nada menos que a Italia



El gol que luego les marcaron los italianos también se comenta solo.

Va a ser, sin duda, una magnífica prueba de fuego. El reto será abrir la lata pronto. Si España consiguiese marcar primero, el partido cambiaría mucho, naturalemte. Mover con rapidez la pelota a uno o dos toques y moverse constantemente sin la pelota tirando desmarques y ofreciéndose al compañero serán los dos mantras que tendrán que repetirse los jugadores españoles. Si son fieles a ellos, España debería ganar a Suiza.

Honduras - España, reflexiones previas

El equipo hondureño tiene el gusto por el juego técnico de Latinoamérica pero no está exento de músculo. Núñez es un muy buen pasador, da muy buenas asistencias, y Wilson Palacios es además de un portento físico un jugador muy técnico. Contra España probablemente Honduras se replegará y buscará hacer transiciones rápidas y muy directas, con balones en profundidad para Pavón, Costly o Suazo, que son muy rápidos.

Previsiblemente, los jugadores hondureños van a sufrir con la presión de España en el centro del campo. Tendrán que mover el balón más rápido de lo que están habituados o España se lo robará rápidamente. El segundo reto de los catrachos en ese partido va a ser mantener la disciplina táctica, el orden defensivo ante el juego combinativo y la movilidad de los centrocampistas y atacantes españoles. Si mantienen el orden durante todo el partido y consiguen armar contraataques rápidos, pueden tener alguna opción.

Honduras ha marcado algunos goles de tiro lejano impresionantes en la fase de clasificación, que pueden verse en el siguiente vídeo. Después de esos goles, el vídeo continúa con una parte del partido contra Costa Rica poco interesante, salvo para comprobar la lentidud de la circulación del balón:



Seguro que alguien que haya seguido a Honduras durante la fase de clasificación podrá aportar muchos más detalles.

Chile - España, reflexiones previas

Chile es un equipo magnífico, entrenado por un espléndido seleccionador, el argentino Marcelo Bielsa.

España jugó contra Chile un amistoso en noviembre de 2008 y ganó con mucho trabajo. El resultado final, España 3 - Chile 0, fue engañoso. Chile jugó una primera parte excelente, con un achique de espacios y una presión agobiante que ningún otro equipo ha sido capaz de presentarle a España desde entonces. La línea de creación española estuvo asfixiada, y no es nada fácil asfixiarla. El partido se abrió por un penalti tonto y terminó con un gol de rebote. Orellana tuvo una ocasión clarísima con el 0-0 y Suazo en la segunda parte tuvo otra no menos clara. A la prensa chilena le pareció una derrota excesiva, con razón, pero aún así tanto la prensa como Bielsa le dieron menos crédito al juego de su equipo de lo que merecía.



En la fase de clasificación para el Mundial de Sudáfrica, Chile quedó a un punto de Brasil, segunda de su grupo, por delante de Argentina y Uruguay. Por muy poco que brillasen en esa fase Argentina y Uruguay, quedar por delante de ellas no está al alcance de cualquier selección.

Cuando se enfrenten Chile y España, probablemente los dos equipos hayan ganado sus dos partidos anteriores y estén ya clasificados para los octavos de final. En ese partido muy probablemente se resolverá quién queda primero de grupo y, por tanto, quién jugará contra Brasil en el cruce de octavos.

Hay alguna posibilidad de que Del Bosque opte por jugar con el equipo B el partido ante Chile, igual que hizo Luis Aragonés en la Eurocopa del 2008 contra Grecia. El Mundial es físicamente muy exigente cuando llegan las eliminatorias a un solo partido, y conviene llevar al equipo titular tan fresco como sea posible. Así que Chile podría tener más posibilidades aún de ganarle a España y quedar primera de grupo. Incluso si España jugase con sus titulares, Chile es uno de los pocos equipos que podría ganar a España, sobre todo si marca primero. Así que no hay que descartar unos octavos de final entre España y Brasil, con el permiso de nuestros queridos primos portugueses y de la selección de Costa de Marfil, que también tendrán mucho que decir.

Atentos a Chile. Tiene mucho potencial en su juego colectivo para llegar lejos en el Mundial. No juega el fútbol combinativo de España, pero también juega un fútbol excelente .

martes, 8 de junio de 2010

España 6 - Polonia 0

¡Qué buenas sensaciones se lleva España a Sudáfrica!

Se confirma que el equipo tiene un estilo propio y que no necesita extremos para romper por las bandas:



ni a un delantero centro clásico para desarbolar defensas pobladas:



¡Fútbol de exhibición! ¡Son los Harlem Globbetrotters del fútbol de selecciones! Bromas aparte, y con la salvedad de que los polacos dejaron hacer sin dar patadas (aunque sí que tiran a Xavi, pero se levanta y sigue), esa jugada demuestra (ojalá que lo entienda Del Bosque) que contra defensas grandes no hacen falta jugadores tanque como Llorente a los que colgar balones predecibles, sino jugadores bajitos impredecibles que juegan por abajo..., hasta que se sacan un globito de la chistera. Es verdad que en un partido de competición probablemente esa jugada habría sido cortada antes con falta al borde del área y tarjeta amarilla. También es verdad que el número de tarjetas que a los rivales les conviene acumular es finito, y que las faltas al borde del área nos convienen. Jugar a ras de suelo da réditos de uno u otro modo.

Dicho esto, debo añadir que Llorente es mucho más que el delantero tanque que usa Del Bosque: es muy técnico y muy ágil, y sólo será cuestión de tiempo que descubra las asombrosas ventajas de combinar con la pelota a ras de suelo con los fabulosos genios bajitos. Quizá incluso Navas se dé cuenta de que ya no está en el Sevilla y que aquí las jugadas no se las tiene que fabricar él solito, sino que se fabrican colectivamente, y que fabricadas así, en común, a uno o dos toques, son mucho más peligrosas y eficaces. Él tiene calidad de sobra para asociarse de ese modo, aunque de momento le esté costando hacer suyo el cambio de estilo y se empeñe en retener demasiado el balón y fintar y fintar hasta que saca el centro. Si Del Bosque lo viese y le hiciese las indicaciones oportunas, haría lo que debe. ¿Lo hará?

Después del segundo gol, en el minuto 12, se acabó el partido. Los otros cuatro goles sirvieron para coger más confianza, más coordinación, ultimar la preparación física y mantener la fe en el juego combinativo y en la importancia de tirar desde lejos aunque haya muchas piernas en medio.

Quizá la mejor noticia del partido sea una de la que nadie habla. Oculto tras los seis goles hay un cero en el casillero de España que se explica por la falta de ocasiones del rival, al contrario de lo ocurrido en los otros dos partidos de preparación anteriores, contra Arabia Saudí y Corea del Sur. Un tiro que paró Casillas, eso fue todo. La presión de España recuperó la pelota mucho antes de que los polacos pudieran armar sus ataques. Ese es el camino.

Con esa seriedad en la presión y las ayudas defensivas y el tiquitaca por todo el campo, España empieza a parecerse mucho, mucho, a la campeona de Europa. Sólo falta que mantenga a Capdevila por la banda izquierda, que Xabi Alonso juegue más en corto al primer toque (o mejor todavía, que juegue Fábregas en su lugar) y que Sergio Ramos guarde más la posición y centre también a la primera. Va a ser difícil que Del Bosque se apee de la primera burra (jugará Xabi Alonso, y jugará en largo tanto como le plazca sin que nadie se lo recrimine), y va a costar que Ramos no se desboque (Luis Aragonés consiguió controlarlo en los partidos clave). Eso hace al equipo un poco peor que en la Eurocopa, pero las demás piezas siguen engrasadas, y ahora tienen mucha más confianza y siguen produciendo mucho fútbol. Ojalá que baste con eso.

jueves, 3 de junio de 2010

España 1 - Corea del Sur 0

Otro buen ensayo del que se pueden sacar muchas conclusiones. Percibo en la prensa y en los foros mucha inquietud que me parece fuera de lugar. Estos partidos de preparación no son más que entrenamientos con balón. Además, la preparación física del equipo está a medio hacer. De momento, lo que nos corresponde es observar y reflexionar con mucha cautela sobre lo que vamos viendo.

Bueno, reconozco que a mí también me preocupa Del Bosque. Me preocupa esa tendencia suya a abandonar el tiquitaca, a jugar con un doble pivote defensivo que acompañe a un solo organizador puro, a quitar ceontrocampistas y poner extremos y un nueve clásico, a meter laterales poco combinativos por la banda de su pierna mala solo para defender (Arbeloa por la izquierda), a no haber aprendido nada de la Eurocopa, a no haber entendido nada. Son muy pocos los periodistas deportivos que hayan hablado de las dudas de Del Bosque. Este enlace lleva a un artículo de Alfredo Relaño tras la derrota de España ante Estados Unidos en la Copa de Confederaciones: http://www.as.com/opinion/articulo/espana-metio-ciega-trampa/dasopi/20090624dasdaiopi_17/Tes El siguiente enlace es la reflexión de Juanma Trueba sobre lo mismo: http://www.oleole.es/blogs/espana-perdio-el-estilo

No obstante, después de ver la alineación titular y el juego de la primera parte contra Arabia Saudí, sigo pensando que hay más razones para el optimismo que para la preocupación. Me temo que del doble pivote no le apea ya nadie, pero aún así se puede jugar un muy buen fútbol combinativo con una pequeña desvirtuación del tiquitaca de la Eurocopa. Eso es lo que creo entrever de lo visto hasta ahora. Ojalá no me equivoque.

Razones para el optimismo:

1. Por segunda vez consecutiva, al final la insistencia volvió a tener recompensa. Buena lección, que se interioriza mejor cuando los jugadores la experimentan en su propia carne y no sólo en la teoría. Si la experimentan en dos partidos seguidos, todavía mejor.

2. Marcó Navas. Igual que el gol de Llorente del partido contra Arabia Saudí, el gol de Navas le da mucha confianza al jugador y anima a los suplentes. Como Llorente, Navas puede hacer falta en algún momento para desatascar partidos.

3. Segundo gol desde fuera del área, después del de Xabi Alonso contra Arabia Saudí. Esperemos que tanto los jugadores como Del Bosque tomen nota. Hay que tirar desde lejos para abrir las defensas, y a veces incluso la pelotita entra. Hoy España tiró por primera vez desde lejos en el minuto 72 (Sergio Ramos al segundo anfiteatro). Por segunda vez, en el 76 (Villa a las manos del portero). Por tercera vez, en el 85, Navas, gol.

4. Cesc Fábregas jugó bien después de una larga convalecencia y sin ninguna molestia. Aunque le falta ritmo de competición, hizo un partido digno. Iniesta acumuló minutos también sin molestias. Todavía no están para jugar un partido completo ninguno de los dos. Estos minutos son fundamentales para que ambos lleguen bien al primer partido.

5. Muy bien Javi Martínez. Parece increíble que en dos años hayamos pasado de sólo tener a Senna a contar con Busquets y Javi Martínez. Dos máquinas. Un lujo. Ahora bien, ¿por qué no ha venido Senna? Si algún socio del Villareal que lo haya visto con frecuencia esta temporada pudiese contarnos si realmente estaba muy bajo de forma o ha tenido un mal año, sería muy de agradecer. Sólo un bajón así justificaría dejarlo en España. Me falta información.

6. Ya han debutado todos. Eso es un gran acierto de Del Bosque. Contribuye al buen ambiente, imprescindible para la unidad del grupo. Además, me alegro por Valdés, que lleva muchos años en la élite y merecía esta recompensa en algún momento de su carrera.

7. Cuando salieron los titulares las oportunidades se incrementaron, hubo más orden, mejor circulación y más peligro. Se confirma que el tiquitaca da mejores réditos que el juego con extremos.

Razones para preocuparse

1. Me preocupa que a Del Bosque el estilo que de verdad le guste sea el de la primera parte de hoy. Hoy se vieron con claridad las limitaciones de ese esquema con dos extremos y un delantero centro clásico: sus movimientos ofensivos son muy previsibles. Además, el balón no fluye con el mismo orden y rapidez en el centro del campo, lógicamente, porque se echan de menos esos dos centrocampistas que han sido sustituidos por extremos. Los números mandan. O tiquitaca o extremos, no parece haber tertium genus.

Por cierto, eso no quiere decir que no se pueda usar a Navas. Quiere decir que tendría que jugar de interior y buscar el juego combinativo, quizas por la izquierda a pierna cambiada... Me parece perfectamente capaz, pero habría que entrenarlo, claro, y estamos un poquito justos de tiempo.

2. Los Coreanos, igual que los saudíes el otro día, han creado mucho peligro con muy pocas jugadas. Todavía más preocupante ha sido que Del Bosque dijera en la rueda de prensa que hemos controlado muy bien el partido y nos han hecho ¡pocas ocasiones! ¡Pero si por lo menos una de cada dos veces que se acercaban sacaban un tiro peligroso! Es verdad que se han acercado pocas veces, pero la estadística y la claridad de varias de las ocasiones han sido inquietantes. Las ayudas a la defensa ha vuelto a ser deficientes. El equipo se ha vuelto a romper como contra Arabia Saudí. Hay que trabajar la defensa de ayudas colectivas mucho más. El equipo debe construirse desde atrás hacia adelante, y los jugadores deben tenerlo clarísimo para arrimar el hombro. Esa fue una de las máximas de Luis en la Eurocopa.

3. Del Bosque confirma que piensa jugar con 2 pivotes defensivos en cualquier diseño. Me parece un error. Nos quita circulación, dinamismo, distracción, peligro. Nos quita mucho tiquitaca. Y por cierto, no nos hace más seguros: nos crean más ocasiones con dos pivotes con Del Bosque que con uno con Aragonés, como ya ha quedado dicho.

4. Llorente tiene que confiar más en el juego combinativo. Si recibe de espaldas o rodeado de rivales, debe tocar y marcharse, y confiar en que el balón circulará y acabará volviendo a él en una posición más propicia para el remate. Cuanto más trate de retener el balón o hacer la jugada individual, más facilidades le da a la defensa rival. Sus movimientos de pies son muy buenos. Debe usarlos para descargar el balón hacia los compañeros y dar continuidad a la circulación.

5. Los centros a Llorente fueron muy malos todos. Navas y Ramos se hartaron de colgar balones en la primera parte... a nadie. Ramos es un mal pasador, ya lo sabemos todos. Es una lástima, porque corre bien la banda, pero no saca un centro de gol ni harto de vino. Tiende a frenarse de tacón, lo que coloca el balón en su pierna mala, la izquierda, y con ella lanza pases demasiado frontales, muy fáciles para los defensas. Es rarísimo verle dar un pase horizontal recto y al espacio frente al delantero, en condiciones. Además, la pega con mucha rosca, lo que dificulta el remate. En cuanto a Navas, cuando su pase sale después de haber amagado tres veces y por fin haber desbordado, resulta muy previsible. Sus pases serían mucho más peligrosos si fuesen al primer toque después de que le habilitase algún compañero, producto del juego combinativo. Cuando son producto del juego individual, generan mucho menos peligro. Por la izquierda, Mata estuvo desasistido. Mata es muy bueno, pero necesita un pasador o compañeros con los que asociarse, y desborda mucho mejor cuando va en carrera que contra una defensa estática. Hoy los dos extremos tenían que debordar en el uno contra uno en situaciones muy estáticas, y aunque Navas sí puede marcharse en un uno contra uno, esa no es la especialidad de Mata. Además, no se ha entendido con Llorente igual de bien que se entiende con Villa en el Valencia.

6. Las jugadas de estrategia... esperemos que Del Bosque las esté escondiendo para el Mundial. En la 1ª parte Marchena ha sacado una falta tocadita suave a la cabeza de Llorente que es el paradigma de cómo no se debe centrar a cabeza. Suave, suave, para que el defensa tenga tiempo de sobra para colocarse y como mínimo estorbar y el rematador apenas consiga darle fuerza a ese balón que le llega encima, no al espacio, y tan blandito. Ya digo, esperemos que lo estén ensayando en secreto. Los rivales le van a hacer a España muchísimas faltas, sobre todo en el centro del campo, junto a una presión agobiante para no dejarla tocar. Saber aprovechar las jugadas de estrategia podría ser una de las claves del campeonato.

7. Villa hoy no ha estado fino. Ha fallado dos impropias de él. Esperemos que haya sido sólo un mal día.

A ver qué te ha parecido a ti.

miércoles, 2 de junio de 2010

España 3 - Arabia Saudí 2

Primer partido de preparación para la fase final de la Copa del Mundo de Sudáfrica. Ya sé que ha recibido críticas y despertado algunas dudas. A mí, en cambio, me ha parecido un ensayo muy positivo. El marcador es casi lo de menos. Casi, porque ganar es importante hasta en los entrenamientos.

RAZONES PARA EL OPTIMISMO:

1. España jugó con un sólo delantero centro, Villa en la primera parte, Llorente en la segunda. ¿Por qué me parece una buena noticia? Porque entiendo que signifca que Del Bosque por fin se ha decidido por el estilo con el que va a jugar España; y porque creo que ha adoptado la decisión correcta. ¡Ya era hora!

Desde que asumió el cargo de seleccionador, Del Bosque ha dudado demasiado. En el fondo de su corazoncito le gustaría jugar con extremos, medios centros defensivos fuertes que acompañen a un solo organizador (en ese puesto jugó él magníficamente cuando era joven) y defensas aguerridos. En el fondo es un clásico. Sin embargo, de Luis Aragonés no heredó sólo un equipo, sino un estilo más atrevido, que exige una acumulación de jugadores muy habilidosos, pero pequeñitos, sin mucho músculo, en el centro del campo, y muy pocos delanteros puros, preferiblemente sólo uno, y sin extremos. (Cuando el equipo juega con dos delanteros puros, entonces uno de ellos, normalmente Villa, se convierte en un centrocampista más, un poquito más adelantado, y entra en el área llegando desde atrás.) Contra Arabia Saudí España empezó con cinco centrocampistas: Xabi Alonso, Busquets, Xavi Hernández, Silva e Iniesta. Ojalá que ese esquema (con esos u otros jugadores, por ejemplo, Cesc o Javi Martínez por Xabi Alonso) se mantenga en el Mundial. Que esas sean las intenciones de Del Bosque en estos momentos iniciales me parece una excelente noticia.

2. ¡Iniesta ha vuelto en plena forma!

3. El primer gol fue resultado del fútbol combinativo. La jugada fue excelente, muy bonita. En el siguiente vídeo de youtube puedes ver dos tercios, los últimos 10 pases y el remate. Los comentaristas argentinos no parecen apreciar el juego combinativo preciosista, sólo el pase final y el (deficiente pero efectivo) remate de Villa:




¡Hacen que parezca tan fácil, cuando en realidad es tán difícil y tan raro de ver! Eso es tiquitaca. Comprendería que los aficionados del Barcelona estuvieseis más acostumbrados al fútbol bonito y que mi entusiamo os hiciera sonreir, pero convendréis conmigo en que en una selección, que no puede fichar como puede fichar el Barça a quien se le antoje que encaje en su esquema, este nivel de preciosismo con este estilo de juego es mucho más raro de ver todavía que en un club privado.

4. En la segunda parte, a pesar de haber hecho 6 cambios y de haber cambiado notablemente el esquema, el equipo siguió jugando fútbol asociativo. Nada de pases largos y arriesgados ni juego directo. Se mantuvo la posesión del balón. Muy buena señal.

5. Javi Martinez debutaba y ya parece un veterano totalmente integrado. Tuvo muy buenos movimientos en los minutos que jugó. Es buenísimo, un recambio excelente para Xabi Alonso. De hecho, me gusta más Martinez para este equipo, pero eso merece una reflexión aparte.

6. Llorente marcó el gol de la victoria. Una gran noticia para que los suplentes estén motivados y que Llorente gane confianza y protagonismo. Puede que España lo necesite para desatascar alguna prórroga más adelante.

7. Arabia Saudí estuvo a punto de llevarse el empate. ¡Buen aviso! El peor enemigo de cualquiera de las mejores selecciones en un Mundial es el exceso de confianza. Del Bosque lo tiene muy claro. No hay más que recordar la Copa de Confederaciones. Este amistoso fue un buen toque de atención en un momento inofensivo.

Vale, vale, también hay MOTIVOS DE PREOCUPACIÓN. Veamos:

1. Arabia Saudí marcó 2 goles con un 28% de posesión. ¡Dos tiros, dos goles! El equipo se partió en dos, los de arriba no ayudaron a la defensa, y así nos fue. Pudieron ser más, porque se acercaron con mucho peligro varias veces. Menos mal que tienen muy poco gol.

2. Casillas está teniendo una temporada muy irregular, todos lo sabemos. Desde que empezó a salir con Sara Carbonero, no es el mismo. ¿Y quién lo sería? De verdad que lo comprendo, pero si esto sigue así hay que buscar soluciones. Hace años Del Bosque ya dejó a Casillas sentado en el banquillo en una final de la Champions en la que puso a César. Quiero creer que si fuera necesario lo volvería a hacer. Sería una pena, porque el mejor Casillas es mejor que el mejor Reina o el mejor Valdés, pero este Casillas de Sara Carbonero no es mejor que ellos ahora mismo.

3. Del Bosque puso a Arbeloa en la izquierda, como contra Francia. ¡Por favor, que Arbeloa es diestro y cojo (sólo usa la izquierda para apoyarse)! Ponerlo ahí significa que sólo lo quiere para defender esa banda, porque por ese lado de su pierna mala él no puede participar en el ataque al 100%. Ya sabemos que Arbeloa es muy disciplinado tácticamente, bastante fuerte y rápido y un defensa digno. Pero España necesita jugadores combinativos, que sepan jugar a uno o dos toques. A Arbeloa jugar así le cuesta mucho en general, y si además le presionan es completamente incapaz de soltarla rápidamente. El hombre tiene que parar el balón, levantar la cabeza, volver a bajarla para ver dónde tiene el balón, protegerla con el cuerpo, y entonces... normalmente corre hacia atrás y lo pasa a un defensa más retrasado que él. Y toda esa operación le lleva dos o tres minutos. Eso es desastroso para el juego de España. Al equipo contrario le da tiempo a colocarse, volver a coger los marcajes y apretarnos más en la presión. Para España es fundamental que la pelota circule sin parar hasta que encuentre un hueco en la defensa rival. Arbleoa no contribuye al tiquitaca, sino todo lo contrario, tiende a cortocircuitarlo.

Del Bosque no se fía defensivamente de Capdevilla. Capdevilla es un vetenaro (32 años), y ni es tan rápido ni tan fuerte como Arbeloa, de acuerdo. Sin embargo, Capdevilla es zurdo, una característica importante para un lateral izquierdo. Además, es el 12º mejor pasador (pases buenos) de la Liga, y aunque debo admitir que el 11º es Arbeloa, los pases buenos de Capdevila ¡son hacia adelante! Además, Capdevila tiene mucho gol, sobre todo cuando sube a rematar jugadas a bálón parado, mucho más que Arbeloa. En cualquier caso, si lo que le preocupa a Del Bosque es defender bien la banda izquierda, habrá que hacer hincapié en los apoyos y ayudas al lateral izquierdo: cooperación y coordinación, no más músculo. En última instancia, la verdadera defensa del equipo es tener el balón y finalizar las jugadas, para poder replegarse juntos y cuando el rival ponga la pelota en juego hacer presión colectiva tapando la salida del balón y basculando siempre hacia la pelota, no dejando nunca al lateral solo en unos contra uno cuando el balón pase por allí.

Este enlace lleva a un artículo de Jordi Quixano sobre los dos candidatos a lateral izquierdo, aparecido poco después que esta entrada en el blog y de contenido bastante próximo (!?). Lo único que le falta es señalar lo más importante, a saber, que con Arbeloa la pelota no circula igual de bien, y que si la pelota no circula bien, no cansamos al rival, y que si no lo cansamos no nos dejará huecos ni cometerá errores, etc: http://www.elpais.com/articulo/deportes/lateral/carrilero/elpepidep/20100607elpepidep_6/Tes

Bueno, basta. Como era la primera entrada, he escrito muchas de las ideas que volverán a salir en el futuro próximo. No importa. Me parece que da bien el tono del tipo de conversación que me gustaría mantener aquí. Una conversación sobre fútbol, no sobre asuntos extradeportivos. Estoy deseando leer lo que os parecen estas y otras ideas que irán saliendo. Ojalá que os interese lo suficiente para participar.