miércoles, 7 de julio de 2010

Alemania 0 - España 1

¡GRACIAS, DEL BOSQUE!¡GRACIAS, DEL BOSQUE!¡GRACIAS, DEL BOSQUE!

Por oir nuestras plegarias, por jugar con cinco jugones y luego con seis (hoy le perdono todo y hasta le cuento a Xabi Alonso entre los jugones), por sacar a Pedro, y luego a Silva, y también por sacar a Torres. ¡Así juegan los entrenadores valientes, yendo a por el segundo y a matar el partido! ¡GRACIAS, DEL BOSQUE, PORQUE ESPAÑA ES FINALISTA DE LA COPA DEL MUNDO 2010!

Y ahora, pasadas unas horas y todavía con bastante resaca de fútbol y alegría, repasemos el partido.

Lo primero, como siempre, debe ser felicitar al rival. Alemania ha hecho un campeonato espléndido y jugó un partido de una deportividad exquisita. Esta generación de jóvenes atrevidos y creativos le va a dar más de una alegría a Alemania en los próximos años. Se volverán a encontrar con España, seguro, y tendrán otra oportunidad de revancha.

Respecto al partido, poco hay que decir que no sepan ya ustedes, pero intentaré señalar algunos aspectos que me parecieron importantes y poco atendidos por la prensa.

Pedro lo cambió todo, y sin embargo, no fue él, sino el estilo el gran cambio respecto de otros partidos de España en lo que va de Mundial. Pedro pudo ser Silva o Mata, y seguramente habríamos visto un partido similar. Incluso un zurdo trazando diagonales a pierna cambiada podría haber aportado otras cosas, y si el zurdo jugase además desde hace años con Villa en el mismo equipo... Sea como fuere, salió Pedro y fue otra España, una España reconocible, que por primera vez en mucho tiempo sabía a qué jugaba. Lo que hizo a España dominante fue la presencia de ese quinto jugón, se llamase como se llamase, un acompañante entre líneas móvil y participativo para ayudar a Xavi e Iniesta, por fin.

Gracias al quinto jugón Alemania no tuvo superioridad numérica en el centro del campo, al contrario que Chile, Portugal y Paraguay, y no pudo robarle el balón a España. Por eso Alemania creó menos ocasiones de peligro que Chile, Portugal y Paraguay. La mayor parte de la prensa y algún jugador han dicho que Alemania robó menos balones y que España jugó mejor porque el fútbol europeo le va más a España, porque la presión de esos otros equipos fue mejor, más adelantada (en el caso de Chile o Paraguay) o más dura, con más patadas y más faltas. Se equivocan. Parecen haber olvidado que en esos otros partidos, en cuanto Del Bosque puso al quinto jugón en el campo (Fábregas), se comenzó a burlar la presión al primer toque y se empezaron a crear ocasiones (contra Chile, véase el breve video que figura en la entrada anterior titulada "10 minutos muy locuaces") o se consiguió un penalti y se marcó un gol (contra Paraguay).

Con cinco jugones en el campo España retrocedió dos años en la máquina del tiempo hasta los partidos contra Rusia en la Eurocopa de 2008. Volvió allí donde Del Bosque decía en la entrevista radiofónica de la noche previa al partido que he reproducido en este blog (véase la entrada anterior a esta) que no había que volver, donde nos habíamos quedado parados Alfredo Relaño y un servidor. ¿Quiso despistarnos a todos?¿Le estaba mandando pistas falsas a Löw, el seleccionador alemán?¡Bendito regreso al pasado!

De hecho, España jugó mucho mejor contra Alemania anoche que en 2008. Aquella final en Viena fue seguramente el peor partido de la selección española en toda la Eurocopa. El equipo salió muy nervioso, muy tenso, y aunque consiguió dominar los nervios a medida que avanzaba el partido, no llegó a calmarse completamente hasta el pitido final. Panda beer en un comentario a una entrada anterior señalaba que la posesión en aquella noche en el Pratter de Viena no fue muy alta, y tenía razón (aunque creo que fue un poquito más alta de lo que él señalaba), porque aquello no fue tiquitaca del bueno. Aquella España no llegó a soltarse nunca. Lo de anoche sí. Lo de anoche fue tiquitaca de muchos quilates contra una Alemania mejor que aquella.

Desde fuera es muy difícil leer a Del Bosque. Por sus declaraciones no está del todo claro si con Pedro realmente sólo buscaba verticalidad y presión y fijar a Lahm para que no subiera, como respondió sorprendentemente a los periodistas tras el partido. Si de verdad sólo buscaba eso, sin ninguna mención al fútbol control, a la intención de desgastar física y psicológicamente a los alemantes haciéndoles correr detrás del balón, a la estrategia de esconder el balón para que no pudiesen contraatacar nunca... entonces se encontró con todas esas consecuencias, en fin, con el tiquitaca, sin esperarlo. Me resulta difícil de creer.

No obstante, Del Bosque ha dado tantas veces la apariencia de no entender bien el juguete que heredó del anterior entrenador que a estas alturas ya no sé qué pensar. Si realmente entiende que ese es el arma letal de España y cómo funciona ¿por qué no jugó con el mismo planteamiento de cinco jugones en los demás partidos, con la excepción de la primera parte contra Suiza, como le pedíamos muchos de rodillas? ¿Lo habrá estado reservando a propósito hasta el partido más exigente? Quizá, no sé, puede ser. En su inclinación a no dar pistas al rival tal vez haya querido esconder el arma secreta hasta llegar a estas alturas de competición. Si es así, o es un loco o es un genio, porque Paraguay estuvo a punto de mandar a España a Barajas. Estuvo a punto, pero no la mandó a Barajas. España está en la final. Debe de ser un genio.

Permítanme que dirija ahora su atención hacia lo menos obvio, hacia un factor del que he hablado poco en este blog (excepto tras el partido contra Suiza) y que ningún medio menciona a pesar de ser lo más importante siempre en la alta competición: la actitud psicológica. Sobresaliente para España y para Del Bosque. Jugar una semifinal de un Mundial por primera vez en su historia con esa seguridad insultante, con esa confianza en sí mismos, con esa claridad de ideas, con serenidad y en plenitud de tensión competitiva es muy difícil y nunca casual: el equipo técnico de la selección tiene mucha responsabilidad en ello. Es verdad que la mayoría de los españoles tienen mucha experiencia en partidos de ese nivel, que han jugado muchas semifinales y finales, que han ganado muchos títulos, y que eso les da mucha confianza y una relativa autonomía psicológica. No obstante, esa seguridad individual se desestabiliza con facilidad.

Hay mucho ruido alrededor de la selección, mucho familiar por allí cerca, mucho mensaje de texto por el teléfono móvil, mucho Internet, mucho bloguero crítico y pesado como el que esto escribe, mucha entrevista eufórica, expectante, exigente, presionante. A pesar de todo el ruido y toda la presión, la estabilidad emocional del equipo es espléndida, en gran parte gracias al ambiente que supo crear Luis Aragonés, a la hercúlea fuerza psicológica que da la unión que se ha creado en ese grupo, y en gran medida también a la siempre adecuada actitud Del Bosque y seguro que también de su equipo. A la vista está. No hace falta que añada que de esta victoria tan contundente, tan brillante, tan inapelable, esa estabilidad emocional y esa confianza en sí misma de la selección española salen muy reforzadas para la final.

Si hubiera que mejorar algo en el aspecto psicológico sería en los últimos metros. Ahí sigue habiendo demasiada ansiedad, repetida en todos los partidos, desde el primero hasta el último. Lo señalé el día de Suiza, y no ha mejorado nada. Iniesta, Pedro, Villa, Alonso, Ramos, incluso Xavi Hernández tuvieron tiros francos en algún momento y, sin embargo, o bien decidieron no tirar, o bien tiraron precipitadamente, sin colocar bien el cuerpo, sin dirigir bien el tiro entre los tres palos. Ese es un indicador de falta de tranquilidad, de exceso de ansiedad ante el gol, de miedo al fallo o de darle excesiva trascendencia a meter un gol en un Mundial. Es labor del equipo técnico mitigar esa ansiedad, canalizarla y darle la vuelta como a un calcetín, para dirigirla positivamente. Rafael Nadal parece que va a ir a Sudáfrica a ver la final. Ya podría pasarse por la concentración y darles algunas pistas de cómo canalizar la ansiedad de ver venir la bola franca de un punto de set o de partido y ponerla con intención en el sitio adecuado sin que se le encoja el brazo.

Del Bosque estuvo muy bien toda la noche, con la alineación y los cambios, al plantear la brillantísima estrategia en los córners que no salieron por muy poco, y también al aceptar la sugerencia de Puyol de incorporar al repertorio el córner ensayado en el Barcelona, con el que Puyol marcó en el 6-2 al Madrid, y que le dió el gol a España (¡Gracias, Guardiola!). Ahora bien, si estuvo majestuoso en algún momento fue en sus palabras al terminar el partido, cuando se acordó del trabajo de las canteras, de las selecciones inferiores, de los jugadores que han intentado lo mismo sin conseguirlo, de los que participaron en la clasificación sin poder estar y de sus predecesores en el cargo. Hoy hay que acordarse de todos ellos y de todos nosotros, de los niños que fuimos y de nuestros sueños frustrados, de los padres que somos y de nuestros hijos ilusionados, de nuestros años de decepciones, de nuestra pasión por este juego, de toda esa afición que hace posible el fútbol de base, de los patios de los colegios, de los partidos en la playa, en las eras, en los prados, en los descampados, de los jerseys y las mochilas por porterías, de la ley de la botella, de las ligas de barrio, comarcales y regionales, de los campos de hormigón, de los de tierra y de los de hierba llena de calvas y, por supuesto, de todos aquellos españoles que nos dejaron sin haber podido vivir nunca algo parecido.

Todos estaremos el domingo jugando en Johanesburgo, aunque muchos despertemos por el dolor de haberle dado sin querer una patada a la mesita de centro en nuestras casas o a la silla de algún vecino en el bar. Todos estaremos allí en nuestra imaginación, pero algunos deberían estar allí físicamente. En este trance histórico, no ya la Real Federación Española de Fútbol, sino el país entero, tiene una deuda con todos los que han jugado con la camiseta de la selección española absoluta alguna vez en su vida, o como mínimo con los que hayan jugado en algún mundial. Incluso en un año de crisis, la Federación debería ofrecer una entrada, billete de avión y dos noches de hotel a cada uno de ellos para la final. Seguro que dan dos palmadas y en este año de miserias les salen media docena de patrocinadores para financiar los gastos y grabar un documental que nos haga llorar en los años venideros. No podrán ir todos. Seguro que no podrá la mayoria. Pero los que puedan representarán a muchas generaciones de esfuerzo colectivo por fin reivindicadas un 11 de julio de 2010. Por Dios, qué alegría.

6 comentarios:

  1. Iba yo de camino de casa de un amigo, cuando oigo por la radio que Cesc se había caído finalmente de la convocatoria. Diversos fantasmas empezaron recorrer mi nerviosa mente en unas décimas de segundo...¿Y a quié va a sacar?, ¿a Navas?, ¿a Llorente?,... El locutor dice: "el elegido para sustituir a Cesc será Pedro..." "¡¡BIEEEEEEEEENNNN!!

    Como dice el maestro Bloguero: ¡¡GRACIAS, DEL BOSQUE!

    Y finalmente ni tiki taka, ni jugadón en tres pases, ni.... ¡¡PUYOLAZO Y SAN SE ACABÓ!!

    Inmenso partido de Puyol y Piqué. Magestuoso lo de Busquets. Meritorio y admirable lo de Pedro. Me quedo sin epítetos.

    ¡¡A LA FINAL!! ¡¡OE, OE, OE!!

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  2. Por favor maestro gloguero denos nuestra ración de analisis del, esperemos repetible, partido de ayer contra Alemania (pobres, tan fuertes, tan altos, como perdian el balon...).

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  3. Jirafa gentil, ¡gracias por participar! ¿Debo decir bienvenido o bienvenida?

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  4. Gracias a ud bloguero master. Completamente de acuerdo con su analisis del partido y su diagnostico de nuestras virtudes y carencias (cuanto se aprende). Lamentablemente dudo mucho que a Villar, Hierro y demás jerifaltes de la RFEF se les ocurra la acertadísima sugerencia de llevar a la representación mas nutrida que se pueda de los sujetos que protagonizaron tantas frustraciones colectivas en el pasado para escenificar el pago de la deuda histórica (esta si que es contrastadamente histórica)que el futbol (deporte, sin duda demograficmente, rey) tiene con nuestro equipo nacional. Por cierto maestro globero no se si ud habrá tenido ocasión de acceder a la emisión telvisiva que se está haciendo en España del mundial. si no es así le diré que desde mi punto de vista el hecho de que la televisión que distribuya el juego sea TELECINCO no ayuda nada a crear el ambiente que por ejemplo LA CUATRO consiguió en la pasada eurocopa. Desgraciadamente quienes no tenemos acceso a canal plus nos tenemos que conformar con las racana atención que TELECINCO muestra la mundial y por ende a los partidos de nuestro equipo (que son los únicos que retransmite). Echo mucho, mucho de menos el ambiente que supieron fomentar los de LA CUATRO hace dos años y que este año aunque lo intentan y dedican al campeonato una intensa y extensa atención el estar privados de retransmitir los partidos de nuestra selección hace que sus esfuerzos queden interruptus y quedemos a merced de la exasperante medicridad y caspa de TELECINCO.

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  5. Maestro bloguero, se le olvida comentar la acertada decisión de Del Bosque (al César lo que es del César) de alternar a Pedro e Iniesta, dejando libre a uno y fijo en banda al otro y más tarde todo lo contrario. La defensa alemana no sabía por dónde le venían los palos. Por lo demás, amén, como siempre.

    Por favor, háganos un previo de la "imprevisible" Holanda, que no tengo yo muy claro contra quién nos jugamos el Mundial.

    ¡AUPA ESPAÑA!

    P.D.: Beinvenido/a "Jirafa gentil" póngase cómodo/a y a disfrutar.

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